El desarrollo humano global, que combina educación, salud y condiciones de vida en el mundo, podría retroceder este año por primera vez desde la introducción de este concepto en 1990, alertó hoy el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
“El mundo ha visto muchas crisis en los últimos 30 años, incluida la crisis financiera mundial de 2007-2009. Todas han golpeado con fuerza al desarrollo humano pero, en general, a nivel global se ha conseguido avanzar cada año”, explica Achim Steiner, administrador del PNUD.
Sin embargo, agregó Steiner, “el COVID-19, con su triple impacto en salud, educación e ingresos, puede alterar esta tendencia”.
Los retrocesos en aspectos fundamentales del desarrollo humano se dan en la mayoría de los países, ricos y pobres, de todas las regiones; más de 300.000 personas fallecieron a causa de la COVID-19, y las estimaciones para este año apuntan a una caída de 4% de la renta per cápita mundial, consignó el organismo.
El impacto conjunto de estos choques podría dar lugar a un retroceso inédito en los niveles de desarrollo humano, alertó.
Según el PNUD, "la caída del desarrollo humano será mucho mayor en los países en desarrollo que cuentan con menos medios para gestionar los efectos sociales y económicos de la pandemia que otros países más ricos".
Sin embargo, aclaró, "la adopción de intervenciones decididas y enfocadas en la equidad puede impulsar la reacción de las economías y las sociedades de manera que se logren mitigar los profundos efectos de la pandemia de coronavirus".
"Esta crisis muestra que si no somos capaces de integrar la equidad en nuestras políticas muchas personas quedarán atrás. Esto cobra especial relevancia en el caso de las ‘nuevas necesidades’ del siglo XXI, como el acceso a Internet", dice Pedro Conceição, director de la Oficina del Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD.
Por ejemplo, aseguran, "cerrar la brecha digital en los países de renta media y baja costaría sólo 1% de los extraordinarios paquetes de medidas fiscales de apoyo aprobados hasta el momento en todo el mundo en respuesta a la COVID-19".
El cierre de las escuelas es otro de los factores que lastrarán los progresos en materia de desarrollo, dado que pese a los esfuerzos para mantener la educación a distancia, muchos alumnos no tienen acceso a internet, sobre todo en los países con menos recursos. Según los cálculos del PNUD, alrededor de un 60% de los niños de primaria no está recibiendo educación ahora mismo, un nivel no visto desde los años 80.
A todo ello se suma una dura recesión económica, con una caída de cuatro puntos porcentuales en el Producto Interior Bruto (PIB) per cápita a nivel global. "Es una crisis que nos golpea en los distintos frentes y por esto es que esta vez, por primera vez desde que el concepto fue creado para el mundo en su conjunto, vemos una caída sin precedentes", señala Heriberto Tapia, investigador senior del PNUD y uno de los autores del informe.
Desde la ONU se recomienda la adopción de cinco pasos prioritarios para enfrentar la complejidad de esta crisis: proteger los sistemas y servicios sanitarios; mejorar la protección social; proteger los empleos, las pequeñas y medianas empresas y los trabajadores del sector informal; políticas macroeconómicas que beneficien a todos; y promover la paz, la buena gobernanza y la confianza para reforzar la cohesión social.