El día que Mar del Plata fue Venecia
Un impactante trueno a las 15 hizo vibrar al centro de la ciudad y fue el primer aviso de que se venía una fuerte tormenta que transformaría las calles en canales.
Tan pronto como anocheció a las 15, los relámpagos y truenos eran un mal augurio. A partir de ese momento, los peatones comenzaron a apurar el paso, la gente se amuchó en las paradas de los colectivos y los conductores, aunque no iban a mojarse, fueron los que más nervios presentaron. Crónica de una lluvia anunciada.
Apenas minutos después de que la ciudad se oscureció, empezaron a caer las primeras gotas y la lluvia, en cuanto se abrieron los paraguas, se transformó en tormenta eléctrica e inundó las calles.
Los marplatenses y los pocos turistas que quedaban desaparecieron, muchos negocios cerraron, y la Peatonal San Martín, que una hora atrás estaba nutrida, quedó vacía, únicamente acompañada por quienes no le temieron al agua o los que sí, pero esperaron a que cese debajo de algún techito.
En total, cayeron cerca de 70 milímetros de agua en una hora y las calles colapsaron y se anegaron por completo, a tal punto que comerciantes del centro utilizaron containers para evitar la circulación de vehículos.
Una de las zonas más afectadas fue el barrio Los Pinares, donde además de los caminos desbordados, se produjo un corte de luz. Tras la intensidad, algo de calma, los drenajes hicieron lo suyo. Mar del Plata fue Venecia, al menos por un rato.
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