El Gobierno desplazó al embajador en España y definen a su reemplazante
Roberto Bosch, que hoy encabeza la representación argentina ante España, tenía las horas contadas.
El embajador argentino ante España, Roberto Bosch, fue desplazado por el gobierno de Javier Milei. El expediente para ordenarle el regreso a Buenos Aires -que debe hacerse mediante un decreto del presidente Javier Milei- ya estaba en marcha desde hace días. De hecho, lo querían sacar meses atrás.
También fue desplazado quien era cónsul en Nueva York, Martín Piñeiro Aramburu. Fue quien organizó el ágape por la celebración de Halloween en su residencia con vino, champagne y whisky de alta gama y un lujoso catering.
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quiere en ese puesto al secretario de Turismo y Deportes, Daniel Scioli, mientras que el canciller Gerardo Werthein a un empresario de su confianza, en la misma línea de lo que decidió con Alec Oxenford, que fue designado embajador ante los Estados Unidos.
Bosch cayó en desgracia con la salida de la canciller Diana Mondino, luego de que el presidente se enojara con ella por el voto en contra del embargo de Estados Unidos a Cuba en la Asamblea de las Naciones Unidas.
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Diplomático de carrera, Bosch había sido el número dos en la embajada madrileña cunado estuvo a cargo del ex radical Ricardo Alfonsín. Cuando Mondino fue designada canciller, su ex jefe de Gabinete y amigo, Federico Barttfeld, lo nombró a Bosch embajador en España. Barttfeld se fue como embajador a Portugal.
En Madrid, Bosch no consiguió juntar un grupo de empresarios del agrado del presidente Milei que se reunieran con él durante su primera visita a España. Otro tropezón fue que no armó una buena relación con Jesús Huerta de Soto, un economista español cercano a Milei que le entregó en junio el Premio Juan de Mariana 2024. Incluso, se demoró el envío de un cuadro que el economista le regaló al presidente.
Bosch tampoco tuvo buena relación con el representante comercial de la embajada, Alejandro Nimo, que llegó al cargo por su contacto con Sergio Massa, pero supo hacerse un lugar entre el empresariado español. Nimo se contactó con Huerta de Soto a través del economista Julio Goldestein, amigo de Javier Milei.
El mal momento de Bosch coincide con la mala relación entre Milei y el presidente español Pedro Sánchez, quien retiró a su embajador en Buenos Aires, aunque podría cambiar en breve, porque el español ya decidió reponer a su representante en la Argentina.
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De hecho, el nuevo embajador español, Joaquín María de Arístegui Laborde, ya está en su nueva misión, en Buenos Aires.
También trascendió que es intención del Gobierno hacer otros recambios en embajadas, como la de China, donde comanda un embajador de sólida experiencia: Marcelo Suárez Salvia.
Fuente: Clarín
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