El lunes se viene un nuevo aumento en los combustibles
Con la llegada de julio, los argentinos sufrirán subas en los precios de los combustibles y las tarifas energéticas, con ajustes en nafta, gasoil y servicios eléctricos y de gas.
A partir del lunes 1 de julio, los argentinos verán aumentos en los precios de combustibles como la nafta y el gasoil, así como en las tarifas de energía eléctrica y gas natural en varias regiones del país. Estos aumentos se deben en parte a la devaluación mensual del peso frente al dólar y la necesidad de incrementar la recaudación fiscal.
Desde las primeras horas del lunes próximo, los precios de la nafta y el gasoil subirán más del 2%, reflejando el impacto de la devaluación mensual del peso argentino en relación con el dólar estadounidense. Adicionalmente, el gobierno ha decidido incrementar los impuestos sobre los combustibles, específicamente el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y el Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC), según lo estipulado en el Decreto 466/2024.
El aumento implicará una remarcación de $114,15 por litro de nafta y $91,89 por litro de gasoil. Este ajuste podría ser diferido o dividido en cuotas, como ha ocurrido anteriormente en el año, lo que reduciría el impacto inmediato sobre los consumidores. Sin embargo, en caso de implementarse completamente, los precios de la nafta súper, que actualmente se sitúan en $905 por litro en la Ciudad de Buenos Aires, podrían subir hasta un 12,5%, mientras que el gasoil, que cuesta $941 por litro, podría incrementarse en un 10%.
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Estas medidas se enmarcan en un intento por parte del gobierno de aumentar los ingresos fiscales. Entre enero y mayo de 2024, la recaudación de los impuestos a los combustibles alcanzó los $525.858 millones, lo que representa un incremento del 192,2% en comparación con el mismo periodo de 2023. Con estos nuevos ajustes, el gobierno espera sumar ingresos equivalentes a unos 0,5 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB), aproximadamente 3.000 millones de dólares, representando el 10% del ajuste fiscal que el presidente Javier Milei ha planeado para este año.
El Ministerio de Economía y la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) están trabajando en un esquema para dividir el impacto de estos aumentos en varios meses, con el objetivo de evitar un efecto abrupto sobre la inflación y al mismo tiempo sostener la recaudación fiscal. La estrategia busca equilibrar la necesidad de aumentar los ingresos fiscales sin exacerbar las presiones inflacionarias.
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Las petroleras, por su parte, también enfrentan un desafío adicional. Observan que existe una brecha del 11% al 13% entre los precios locales de los combustibles y los precios de paridad de exportación. Con la implementación progresiva de los aumentos y en la medida que la inflación desacelere, las empresas del sector buscarán recomponer estos márgenes para alcanzar un equilibrio más sostenible hacia finales de año (algo que originalmente esperaban alcanzar en marzo).
Fuente: Infobae
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