El manejo de la hormona del estrés
Conocida como cortisol nos ayuda a mantenernos despiertos, incrementar la glucosa en sangre y regular la presión arterial entre otras funciones.
Desde el Centro de Diagnóstico Maipú definen al cortisol como una hormona esteroidea, o glucocorticoide, producida por la glándula suprarrenal.
La liberación de esta hormona está controlada por el hipotálamo, en respuesta a situaciones estresantes y a un nivel bajo de glucocorticoides en la sangre. Su producción está regulada por: la hormona adrenocorticotrópica (ACTH) y nuestro ritmo circadiano.
Un nivel basal medio y equilibrado de cortisol en nuestro cuerpo nos ayuda durante el día a mantenernos despiertos y activos, lo normal es que vaya reduciéndose gradualmente a medida que transcurre el día, alcanzando niveles mínimos cuando llega la hora de conciliar el sueño.
Características del cortisol
Sus funciones principales son incrementar el nivel de glucosa en la sangre a través de la gluconeogénesis, suprimir la acción del sistema inmunológico, regular la presión arterial, disminuir la formación ósea, juega un papel fundamental en el metabolismo de lípidos, proteínas y carbohidratos (acción glucocorticoide) y en la homeostasis del agua y electrolitos (acción mineralcorticoide)
Los niveles de cortisol en el organismo se pueden determinar a través de muestra de sangre, orina y saliva, las cuales tienen indicaciones/preparaciones previas a la toma de la muestra y horario de extracción/recolección, debido al ritmo circadiano de la hormona.
¿Qué sucede cuando esta hormona está en grados elevados?
Cuando el estrés se convierte en crónico, los niveles de cortisol se mantienen siempre altos, lo que equivale a decir que nuestro cuerpo está en un estado de lucha o pelea interna y todos los sistemas, indispensables para la supervivencia, no funcionan como deberían.
Tips para controlarla
- Hacer ejercicio: estimula la producción de endorfinas.
- Dormir un mínimo de 8 horas diarias.
- Hacer yoga y ejercicios de respiración, relajación.
- Llevar una alimentación equilibrada con un buen aporte de vitaminas y minerales.
- Desconectarse de la rutina.
- Ayudar a otras personas.
- Priorizar lo más importante.
- Comunicarse: exponer inquietudes e incertidumbre.