El origen del ‘boom’ del CrossFit
Lo que hace apenas unos años era una palabra totalmente desconocida, se ha convertido en parte del vocabulario habitual del entrenamiento deportivo. Igual que sucediera con el aeróbic, el fitness o el running, el crossfit pasó de lo insólito a la vida cotidiana. Cada vez es más frecuente encontrar un ‘box’, que es como se llama a los lugares en los que se practica crossfit, en cualquier población del territorio argentino. Pero ¿cómo llegó hasta acá? Veamos los orígenes y evolución de esta nueva práctica deportiva que ya no es tan nueva.
En realidad, el crossfit no se considera un deporte, sino un entrenamiento. Es por ello que es muy frecuente que quienes lo practican sean deportistas más o menos profesionales. La idea originaria del crossfit era poder trabajar distintas cualidades físicas -musculatura, flexibilidad o capacidad cardiovascular- en una misma serie de ejercicios. Para ello, se utiliza el High-intensity Interval Training (HIIT) o entrenamiento de intervalos de alta intensidad. Se trata de ejercicios cortos, pero muy intensos, por lo que, para la mayoría de los mortales, llevan asociada una importante carga de sufrimiento.
Para los amantes del crossfit, no se trata solo de ejercicio físico, sino también mental. Su objetivo último no es mantenerse en forma, sino superarse a uno mismo cada día, de ahí que muchos de sus principios sean similares a los que se trabajan en deportes mentales como puedan ser el poker o el ajedrez. El crossfit trabaja con el cuerpo, pero no puede hacerlo sin el trabajo de la mente.
El origen del crossfit hay que situarlo en 1974, en la mente de un estudiante universitario llamado Greg Glassman. Mientras trabajaba en varios gimnasios del sur de California ayudando a entrenar a deportistas, se dio cuenta de que hacía falta un entrenamiento que fuera multidisciplinar, que se pudiera aplicar independientemente del deporte que se practicase. Es así como empezó a desarrollar los ejercicios de alta intensidad y una práctica propia que se concretizó en 1995 con la apertura del primer box en Santa Cruz (California).
Este tipo de entrenamiento fue adoptado después por soldados, policías y bomberos de Estados Unidos, a los que les venía perfecto que trabajase distintos aspectos físicos, que fuese una práctica que requiere mucha disciplina y fortaleza mental, y que diese resultados en un periodo de tiempo muy corto.
Entre los motivos de su expansión por todo el mundo, incluida su llegada a la Argentina hace algo menos de una década, destaca el papel de Internet. A partir de su aparición y popularización a principios de la década de los 2000, fue más fácil dar a conocer a gran escala las bondades del crossfit. Esto se intensificó mucho más con el boom de las redes sociales y la aparición de figuras de la era digital como son los ‘influencers’. Dentro de esa comunidad, una de las más realmente influyentes es la de las chicas “fit”, quienes comparten sus rutinas de vida sana y que practican, en su gran mayoría, el crossfit. Además, algunas marcas deportivas, especialmente Reebok, aprovecharon Internet y las redes para lanzar poderosas campañas publicitarias sobre productos específicos para la práctica del crossfit, generando interés por esta disciplina, igual que ocurrió anteriormente con el running.
Gracias a las redes, el crossfit ha ido desligándose de su asociación al entrenamiento para soldados y deportistas de élite, y se ha ido popularizando como una práctica que puede adaptarse a diferentes perfiles. Sin perder su esencia, el crossfit ha ido evolucionando en ejercicios más asequibles a un público más amplio. Una evolución necesaria, ya que el reverso de la información que se extiende por las RRSS es que en ocasiones no se ajusta a la realidad. El crossfit sigue teniendo su base en ejercicios de alta intensidad que, si no se realizan de manera adecuada, pueden ser peligrosos. Es absolutamente necesario practicarlos bajo el asesoramiento de profesionales y dentro de los límites de cada uno. Los resultados llegan, pero hay que tener en cuenta que no aparecen de un día para otro, sino que deben alcanzarse los objetivos propios de manera paulatina.
Los ejercicios de crossfit pueden adaptarse a distintos perfiles y no es necesario ser un súper humano para poder practicarlo, igual que no hace falta ser Messi para jugar a fútbol. Aun así, dentro del desarrollo del crossfit a nivel mundial, también hay un lado de competición que ha sufrido un importante crecimiento. En 2007 se celebró en Estados Unidos la primera edición de los CrossFit Games, una especie de olimpiadas de crossfit. En aquella ocasión asistieron 20 mujeres y 40 hombres. En la actualidad, son cientos los participantes y miles los seguidores de unas competiciones que se retransmiten en streaming. La próxima edición se celebrará en Wisconsin, EE. UU., en octubre de este año, y ya cuenta con varios deportistas latinoamericanos clasificados, muchos de los cuales están bajo la tutela del argentino Juan ‘Maka’ Coronel, considerado el mejor entrenador de crossfit de Latinoamérica.