El rol del psicólogo en las organizaciones
La licenciada en Psicología María Noel Lucano destaca la importancia de contar con un profesional terapéutico dentro de las empresas. Puede ser eficaz tanto para la ejecución de las tareas como para la unión de los integrantes de la compañía.
Hace algunas décadas que los psicólogos han empezado a intervenir en el ámbito corporativo ocupando un rol más amplio que el que han tenido tradicionalmente en lo que hace a la selección de personal.
Si bien existe aún, una cierta resistencia en algunas organizaciones, ante el hecho de involucrar a un profesional de la salud mental dentro del staff, es una buena noticia que cada vez sean más las empresas que reconocen y valoran las herramientas que un psicólogo puede aportar a quienes forman parte de la compañía, para mejorar notablemente el desempeño laboral y profesional de los mismos.
Una de las funciones fundamentales que puede ejercer un profesional de la salud mental dentro del ámbito corporativo o en cualquier equipo de trabajo, es facilitar recursos que efectivamente implementados, permitan modificar aspectos tanto de lo individual así como de las relaciones interpersonales.
Variables como la comunicación, el desarrollo de un liderazgo efectivo, la productividad, la concentración, la focalización, el diseño de carrera, entre otras, son aquellas sobre las que un psicólogo puede trabajar para generar los cambios que se están necesitando. Inclusive, aunque muchas veces no se registre qué es lo que está dificultando el óptimo desenvolvimiento de los individuos o el equipo en su totalidad. Es decir, está en manos del profesional, mediante las entrevistas que realiza y la capacidad de escucha e interpretación que posee, poder hacer un diagnóstico situacional que permita detectar las dificultades e inconvenientes que están interfiriendo en un efectivo desempeño de los empleados.
Es sabido que síntomas tales como la irritabilidad, la presión, la desmotivación por citar solo algunos, ejercen un malestar que influye negativamente en el desarrollo laboral. Y el hecho de no sentirse escuchado, no percibir la importancia de su rol o el no sentir reconocimiento por el trabajo y/o logro alcanzados, incide directamente en el estado emocional de cualquier individuo. Esto claramente se traslada a su entorno laboral, a la ejecución de sus funciones y a la relación con sus compañeros de trabajo.
Un empleado desmotivado puede ser eficaz, pero nunca eficiente. A su vez, la creciente presión laboral transformada en estrés provoca la saturación física y mental del trabajador, generando consecuencias que no sólo afectan a su salud, sino también a la del grupo de trabajo en su totalidad.
Es importante, contar con la presencia de un psicólogo para que trabaje con los miembros que forman parte de una empresa, porque el conocimiento con que cuenta ese profesional, le permite intervenir ofreciendo, a través de diferentes metodologías, los recursos que habilitan el desarrollo de la motivación, la confianza, el registro de las emociones que interfieren negativamente y obstaculizan el mejor desenvolvimiento laboral así como el logro de cualquier objetivo.
Porque su experiencia e idoneidad lo habilita a detectar lo que realmente está sucediendo en el equipo y/o en ciertos miembros, ya que no suele ser siempre evidente. Y de esta manera puede definir qué hace falta hacer para modificar la situación.
Ya sea mediante, charlas, talleres, seminarios, consultas individuales o de la manera en que el psicólogo considere más conveniente, es amplia la forma de abordaje en la que el profesional puede ejercer su rol aportando lo que los individuos y los equipos necesitan y no pueden resolver solos.
Inestabilidad y crisis
El no registro de la influencia negativa que ciertos estados emocionales ejercen en el desarrollo laboral así como en consecuencia la no modificación de esta situación impacta deteniendo el progreso tanto como el logro de los resultados y objetivos planificados. Aumenta el ausentismo, la rotación la falta de concentración y atención, disminuye la productividad, se acrecienta un tenso y desagradable clima laboral. Se pierde tiempo y por ende, esto repercute en lo económico.
Si esto sucede en cualquier ámbito laboral en momentos de estabilidad económica, ¿qué pasa entonces en tiempos de inestabilidad y crisis?
La compleja situación económica que estamos atravesando, la inflación y el desempleo existentes, inciden en el estado de ánimo y en el estrés de las personas. Esto genera que, a lo que ya sucedía en momentos de mayor estabilidad económica y laboral, se le agregue un factor más de tensión, incertidumbre y malestar. Por eso, es importante que las empresas puedan tener un registro de que si no modifican los errores que ya se cometían en épocas de mayor estabilidad económica, menos aún deberían permitirse que sigan sucediendo si desean que sus negocios continúen funcionando.
¿Cuál es la clave para tener en cuenta en tiempos de crisis?
Ante la crisis, mayor creatividad, apertura y flexibilidad es la clave para sostener una empresa en movimiento e impedir un detenimiento. Aportar herramientas para contribuir al desarrollo productivo de la conducta laboral es fundamental, así como mantener un clima de motivación, comunicación fluida y, posibilidades de crecimiento para sus miembros.
La presión y/o el miedo a ser despedidos en cualquier momento generalmente causan irritabilidad, angustia, dificultad de concentración y hasta, en algunos casos, ataques de ansiedad.
Es tarea de los que lideran, hoy más que nunca, habilitar la mayor participación de los empleados, el reconocimiento de las emociones que los ayuda a reducir o eliminar sus síntomas y mejorar el ambiente de trabajo.
Sugerir, con más razón, la participación de un psicólogo, permitirá mejorar el bienestar de los trabajadores, la salud de toda organización, y en consecuencia, afectará positivamente en su rendimiento dentro el mercado.