En cárceles bonaerenses fabricaron bicicletas y juegos para personas con discapacidad
Personas privadas de la libertad alojadas en la Unidad 3 de San Nicolás fabricaron una bicicleta adaptada para un joven con discapacidad y en uno de los penales de Magdalena, los internos elaboraron materiales educativos y más de 50 juegos didácticos para niños con autismo.
La fabricación de la bicicleta y su posterior entrega se produjo en el marco del programa “Más trabajo, menos reincidencia”, que impulsa el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires.
Como parte del proyecto “Manos que dan”, que se lleva adelante en el penal de San Nicolás, personas privadas de su libertad se capacitaron en el oficio de bicicletero y pusieron en práctica sus conocimientos con el armado de rodados para personas con discapacidades visuales y motrices.
Días atrás se concretó la donación de la bicicleta adaptada a Mateo, un joven con discapacidad motriz quien la recibió junto a su madre. “Estoy muy orgulloso del trabajo que hemos llevado adelante con mis compañeros”, destacó Oscar, instructor del taller.
A lo largo de seis meses los internos se capacitaron bajo la coordinación de la jefa de la oficina socio laboral, Fernanda Domínguez; el coordinador de Formación Técnica, Nicolás Morales, y el jefe de Talleres, Gastón Ortega.
En tanto, en el marco del proyecto solidario denominado “Ayudar te ayuda” un grupo de detenidos de la Unidad 36 Magdalena, del Servicio Penitenciario Bonaerense, realizó una donación de elementos educativos y juegos didácticos a una institución de niños con autismo.
A través de la Subdirección General de Trabajo Penitenciario se realizó la entrega del material didáctico y lúdico a la Red Federal de TGD “Padres TEA”, que poseen centros en todo el país, donde trabajan en educación y contención con niños y jóvenes con autismo para lograr una inclusión social.
Fueron 53 juegos didácticos realizados con materiales reciclables, como cajas de cartón, botellas de plástico y retazos de tela, además de goma eva, témperas, tijeras, fibrones y plasticola. Entre los juegos se destacaron la producción de barquitos, aviones, tortugas, para distribuir entre los niños.
Este material será donado a distintos centros terapéuticos y escuelas especiales, donde asisten personas con autismo de pocos o nulos recursos económicos.