En pleno Güemes, la asistencia alimentaria creció más del 100%
En pleno corazón de Güemes, todos los miércoles se forma una larga fila en las puertas de la Parroquia Nuestra Señora de Fátima, a las espera de una entrega de bolsa de alimentos, que se realiza a través de Cáritas. Algo que antes de la pandemia no se veía, o al menos no en el número actual.
Es que de asistir a 10 familias, llegaron a alcanzar las 185 donaciones en un punto neurálgico de una zona comercial, en la que a simple vista no se suponen necesidades. Pero el coronavirus golpeó los bolsillos hasta de la clase media de la ciudad. De hecho, el 50% de las personas que solicitan la donación son personas dueñas de casa o departamentos de la zona, que se han quedado sin trabajo o sin cobrar.
Omar Emmed es quien se encarga de la preparación y entrega de la bolsa de alimento y le contó a El Marplatense el crecimiento exponencial de la cantidad de personas asistidas desde el inicio de la pandemia.
"La parroquia venía asistiendo a familias los días miércoles con ropa que se recibe de Nación. Se la procesaba y se entregaba. Alguna familia requería algún alimento y, en base a las donaciones que va recibiendo la parroquia, se entregaba algo", comenzó.
Sin embargo, Emmed reconoció que "con la pandemia, se revirtió la situación. Primero por la gente de Cáritas respecto a los que podíamos ir a colaborar porque hay gente mayor, que es población de riesgo. Yo me encargué de Nuestra Señora de Fátima y en junio se incorporó una señora. Entonces se volcó la actividad de Cáritas a la "Noche de la Caridad", que es lunes y jueves, y en la semana a la mañana con la entrega de alimentos no perecederos".
"El flujo de gente fue cada vez mayor. La situación en particular de Nuestra Señora de Fátima, los segundos miércoles cada mes era asistir gente de familia, que eran 10. Luego en abril fueron 26, en mayo nos fuimos a 172 familias, en junio 118 y en julio cerramos en 115", detalló.
Respecto a la procedencia de las personas que solicitan actualmente la bolsa de alimentos, aseguró que "hay gente de la zona, en situación de calle, de clase media que se quedó sin trabajo o no le están pagando. Uno reconoce la idiosincrasia de gente que se acerca a pedir, que quizás vive en un departamento o casa. El 50% de la gente que se acercó es de la zona".
"Inicialmente era gente de otras comunidades, pero como es en base a donaciones, no podemos decir que no a nadie. Lunes, miércoles y viernes estuvimos trabajando un mes, pero estábamos desbordados en la entrega porque no dábamos abasto con las donaciones. Entonces ahora se trabaja los miércoles. La idea era hacer 15 bolsas, pero ahora estamos en 25 bolsas", agregó Emmed.
Por último, el titular de Cáritas en la parroquia Nuestra Señora Fátima, explicó la modificación en los elementos donados (de ropa a comida). "La propia gente solicitó comida y además yo estaba solo, por lo que no podía habilitar la entrega de ropa. Asimismo, no aceptábamos donaciones de indumentaria porque no sabíamos en qué situación llegaba por el tema del contagio. Entonces, como el ropero no está funcionando, se revierte por la entrega de alimentos", resaltó.
ARMADO DE BOLSAS
Las bolsas entregadas se conforman por harina, arroz, fideos, lentejas, arvejas, galletitas; también, dependiendo de la disponibilidad de las panaderías de la zona, con facturas o pan.
Y el armado depende de las donaciones de mercadería de la comunidad y de dinero, con el que se compra en mercados mayorista para reponer en la cocina de la "Noche de la Caridad" y/o completar las bolsas.