IA: “No vamos a distinguir entre lo que escribió una computadora y un escritor mediocre”
El premiado escritor Guillermo Martínez presenta su nuevo libro, Once tesis y (antítesis) sobre la escritura de ficción, donde presenta una serie de nociones sobre escritura creativa.
El escritor Guillermo Martínez, autor de reconocidas novelas como Acerca de Roderer, Crímenes imperceptibles o Los crímenes de Alicia, está presentando su nuevo libro, Once tesis y (antítesis) sobre la escritura de ficción, un texto de estudio que acerca nociones sobre escritura creativa. Un material teórico, pero destinado al público por fuera del ámbito académico, que sirve para repensar modelos de escritura en un tiempo donde la Inteligencia Artificial parece llegar para cambiar para siempre los mecanismos de la creatividad.
Martínez comparó la actualidad de la tecnología con lo que pasó en su momento cuando la computadora Deep Blue derrotó a Garry Kasparov: “Se decía durante mucho tiempo que una máquina no iba a poder jugar al ajedrez como un ser humano, cuando ya los programas de hace veinte años le ganaban a cualquier ser humano, salvo que fueran ajedrecistas profesionales. Finalmente hubo un programa que derrotó al mejor de los ajedrecistas humanos. Esto lleva a la siguiente pregunta: ¿desaparece el ajedrez? Para nada. Si hoy vas al Club Argentino de Ajedrez hay más ajedrecistas que nunca. Está lleno de gente que está tomando clases”.
“Es decir, qué puede ocurrir -se preguntó Martínez y remarcó- Puede ocurrir, y ocurrió en Japón a principios de este año, que en un concurso literario gane una novela generada por inteligencia artificial. ¿Significa que los escritores a la antigua vamos a desaparecer? No. Del mismo modo que no se dejó de jugar al ajedrez, y se juega de una manera humana, con ciertas intuiciones que provienen del intercambio con computadoras, creo que también se van a seguir escribiendo novelas con problemas humanos, en las que van a ser incluidas en algunos casos ciertas interacciones o sugerencias que provienen de la inteligencia artificial”.
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En diálogo con Los datos del día por Radio Mitre Mar del Plata, le escritor recordó que “de la misma manera que Balzac escribía con ghostwriters en el futuro escritores escribirán partes que les parezcan rutinarias de sus novelas pidiendo ayuda a las inteligencias artificiales, y luego seleccionarán, y el trabajo del escritor pasará a tener algo de trabajo de editor. A elegir entre posibilidades o para superar bloqueos creativos”.
Pero lejos de espantarse, para Martínez “hay una potencialidad en esto que viene. Y en contra de los que dicen que una computadora nunca va a poder escribir una novela como un humano, están escribiendo y de manera eficiente. Hay un aprendizaje, va a llegar un momento en que no se va a poder distinguir lo que escribió una computadora de lo que escribió un escritor mediocre”.
Precisamente sobre el proceso creativo versa Once tesis y (antítesis) sobre la escritura de ficción, el último libro del premiado autor. Allí, sus seguidores, podrán encontrar algunas de las claves que hacen a su propia escritura: “Es como la decantación de algunos principios que trato de aplicar a mi propia escritura y que enseñé a lo largo de muchos años en talleres y en la maestría en escritura creativa de la Universidad de 3 de Febrero. Se me ocurrió una idea de reunir lo esencial de lo que digo en mis clases de esta manera, a través de once afirmaciones que contemplan a la vez las posibilidades opuestas, los argumentos opuestos, los ejemplos legítimos que se han hecho con otras ideas. Pero por supuesto que en cada afirmación hay algo de lo que es mi credo estético”.
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Si bien el título parece algo académico, el contenido permite ver que Martínez busca llegar a un público más amplio. Bajo su mirada, se trata de “una especie de cambio del objeto de estudio”. En ese sentido recordó que “estamos acostumbrados por las universidades, la carrera de Letras, a la interpretación de un texto ya consumado, ya listo para la mirada del crítico, las afinidades generacionales, la intertextualidad, las tradiciones, las respuestas de cada texto a otros anteriores. Este texto de estudio que corresponde a la escritura creativa es la cuestión de cómo generar un texto desde el principio, los problemas concretos con los que ese encuentra la persona que quiere escribir”.
En ese contexto, es que aparecen en el libro “una cantidad de cuestiones que hay que iluminarlas de una manera diferente. Cómo incluir un personaje, en qué momento del relato iniciar la acción, cómo pensar los finales, cómo deslizar la información. Cada una de las tesis aborda un problema concreto que afrontan los que quieren escribir”.
CRÍMENES IMPERCEPTIBLES
“El crimen perfecto no es el que queda sin resolver, sino el que se resuelve con un culpable equivocado”, dice Martínez en Los crímenes de Alicia. El autor gusta de jugar en los márgenes del relato policial o criminal, para avanzar sobre aspectos más filosóficos, reflexivos y culturales. Y, en el fondo, se da una relación casi matemática con la experiencia humana, lo que resulta totalmente lógico si tenemos en cuenta que el autor es, además, matemático. “Pienso a todas mis novelas en el fondo como sistemas de pensamiento alrededor de un tema”, dice.
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-¿Qué es lo que le fascina de escribir novelas?
Creo que hay algo en la literatura que está en un lugar muy interesante, intermedio, entre lo literario y lo filosófico. Por eso me interesa la novela, la novela policial que te permite hablar de conjeturas, del estatus de la verdad, de cómo una hipótesis puede cambiar la realidad, cómo los hechos pueden explicarse con lógicas diferentes. Todas estas cuestiones que fueron de algún modo lo que me fascinaron durante mis estudios de lógica matemática. Veo que hay una parte de esta clase de pensamiento al escribir ficción, porque tiene algo de artificio, de estructura, hay algo así como una lógica ficcional, que no es la lógica de la matemática. Hay un cierto modo de presentar los hechos para los lectores, escondiendo algunas cartas para aquello que se hace emerger casi como un acto de ilusionismo hacia el final.
-¿Por qué te parece que impactan tanto y generan tanta adicción los casos policiales?
En principio porque hay un nivel de oscuridad muy grande en los casos donde interviene la policía. Por ejemplo en el caso Loan, me parece que hay un efecto distractorio con respecto a otros problemas en tener en cadena permanente este caso policial. Que me parece un caso relativamente simple, pero no se resuelve porque están detrás la policía, los intereses políticos, el gobernador. Todos están tratando de interferir. Los casos policiales que generaron más discusión son aquellos en los que no actuó la policía de manera muy limpia desde el momento inicial. Hay casi como un axioma dentro de la literatura policial que cuando en Argentina hay un caso sin resolver el culpable es la policía. Porque todo lo demás se resuelve. No tengo dudas que este caso es igual. Hay un comisario, un ex marino, y un gobernador que trató de distraer las pistas. Y hay una ministra de Seguridad incompetente.
-¿Y qué es lo que se activa en la gente?
La posibilidad de establecer conjeturas aunque sean disparates. Y mejor aún, cuando más disparatadas son. Por ejemplo el caso Pomar, no se sabía nada y cuanto menos se sabía, mejor, porque entonces la gente podía construir las monstruosidades que se le ocurrían a cada uno, y las hipótesis que cada uno quería inventar. Y todo tiene cierta impunidad de la imaginación. Que es lo que hace interesante la literatura, pero cuando lo llevás a la realidad me gustaría que los crímenes fueran resueltos de una manera rápida. Cuestiones que son interesantes en la literatura uno quisiera que no fueran tan interesantes en la vida civil.
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