“Ese momento en que la mamá mira a su bebé recién nacido me mantiene con ganas de trabajar”
El experimentado obstetra Guillermo Cayrol se refirió a los dilemas que atraviesa su actividad y aquellas exigencias sociales por las que se modificaron hábitos y conductas.
Con una extensa trayectoria, Guillermo Cayrol es uno de esos especialistas médicos que sintetizan con su apellido una disciplina: miles de mujeres fueron asistidas en sus partos por este obstetra que, aunque hayan pasado muchos años, sigue teniendo la misma pasión de siempre por su tarea. “A veces hay una satisfacción paralela de atender una mamá, un bebé, como que nunca se te agota. Todos los días son distintos”, aseguró.
A Cayrol le interesaba la especialidad quirúrgica, pero no quería ser cirujano. Y como le tocó la conscripción, entró como concurrente en Obstetricia del Hospital Materno Infantil: “Me gustó y comenzó a atraparme”, se sinceró. A partir de ahí, hizo la especialidad y trabajó paralelamente en el Hospital y en el sector privado, lo para él le dio una visión amplia de cómo se trabaja en los diferentes ámbitos.
Los partos en los que asistió son incontables. Pero para el obstetra la pasión nunca se agota, porque la actividad se renueva diariamente con las dificultades que surgen. “A veces con las urgencias y a veces con casi todo lo que es normal. Eso es lo que nos mantiene y la satisfacción que está por arriba de cualquier otro resarcimiento económico. Cuando uno hace lo que le gusta siente satisfacción”, manifestó en diálogo con Primera Tarde por Radio Mitre Mar del Plata.
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Sin embargo, con una imagen, Cayrol ilustró una situación que es como una epifanía y que vuelve perdurable la actividad: “El momento en que el bebé está en el pecho de la madre, cómo la mamá mira a su bebé cuando recién nace. Eso me mantiene con ganas de trabajar”.
Obviamente con toda esa experiencia, también tiene una visión sobre su profesión. Por ejemplo, destacó que en el presente hay un faltante de obstetras, algo que “me da trabajo porque hay menos, pero también es cierto que el recambio es bueno”. Y consideró que esta escasez de profesionales está relacionada con el “momento difícil” que atraviesa el país, donde “la medicina se retrasó mucho y la obstetricia mucho más”.
PARTO RESPETADO
Del 13 al 19 de mayo se conmemora la Semana Mundial del Parto Respetado, una fecha que sirve para generar conciencia sobre la importancia de acompañar a la persona gestante durante todo el proceso de embarazo. En ese contexto, se conoció una encuesta en la que el 60% de las mujeres aseguran no haber sido respetadas durante el parto. Cayrol reconoció que en un primer momento le “molestaba” cuando se hablaba de este tema, porque él siempre consideró ser respetuoso, pero luego comprendió que “a lo mejor lo que las mamás estaban pidiendo era un poco más profundo y la obstetricia hizo un mea culpa en un momento”.
Para el especialista, una parte de la profesión pasa hoy “por la capacidad de enseñar, explicar, de interactuar con la mamá”. Pero a la vez consideró que “si bien la obstetricia es algo fisiológico y natural, todo es normal hasta que en un momento pasa una emergencia”. Ante esto, hay procedimientos que se deben tener en cuenta y llevar adelante.
“Entonces no podemos dejar de lado la figura del obstetra, del profesional y de la hospitalización del parto, que cambió rotundamente la mortalidad materno-infantil -remarcó Cayrol a la vez que reconoció- Hay que hacer mea culpa: y sí, a la mamá por ahí no se le explicaba, no se le decía. La atención era excelente medicamente, pero ahora te das cuenta de que faltaba esa interacción”.
TRATO HUMANO
“En mi entorno nunca pasó el maltrato. Todos tratamos bien a la embarazada, a los pacientes, pero puede ser que en algún lugar no se le dé la importancia o la información, y está bien que se haga reclamo”, aceptó Cayrol, quien aseguró que, de todas las actividades relacionadas con el parto, la que más le gustaba eran las charlas en los cursos de preparto, donde las madres preguntan todo aquello que les generaba dudas. El especialista dijo que esos cursos también mejoraron mucho y que crean mucha motivación en las pacientes.
Para el obstetra estos cambios se fueron dando a partir de un proceso de aprendizaje: “Nos fuimos dando cuenta cómo dejar que todo sea más fisiológico, intervenir lo menos posible y respetar lo que la mamá quiere, y respetar tanto un parto como una cesárea. Hay cantidad de mamás que te piden cesáreas… Eso también es nacimiento respetado, tener una mamá sana, un bebé sano y que la mamá esté consciente y sepa de lo que le está sucediendo”.
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El reconocido obstetra indicó además que fueron innovadores en sus equipos con la participación de los padres en el parto. “Eso sirvió mucho porque el padre entiende lo que pasa, lo ve. El papá ve todo, las cosas urgentes y no urgentes”.
Pero todo se trata de, en definitiva y según Cayrol, “escuchar a la mamá” y de informar aquellos procesos en los que los médicos deben intervenir. “La onda del no intervencionismo nos pega un poco a los obstetras. Uno trata de hacer lo menos posible, pero si se tiene que hacer se tiene que hacer. Nosotros no inyectamos, pero tener una vía, un suerito en la sala de partos, es casi obligatorio porque si tengo una urgencia no puedo estar buscando una vía. Una cesárea se hace porque está indicada, no porque surge algo o porque se decide con la mamá o porque no hay una indicación absoluta”.
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