“Estoy muy emocionado”, dijo Marcelo Macarrón, el esposo de Nora Dalmasso
Había estado acusado y fue absuelto recién en 2022. Ahora la Justicia encontró rastros genéticos en el cinto de una bata por el que imputan a un nuevo sospechoso.
“Estoy muy emocionado y contento de que podamos como familia saber la verdad después de un gran sufrimiento y persecución judicial”, dijo Marcelo Macarrón, esposo de la víctima, en un breve intercambio después de que se difundiera la noticia sobre el ADN positivo y la identificación de un nuevo sospechoso en la causa. “Después de dieciocho años, que no es poco”, reafirmó.
Hoy la Justicia informó que Roberto Bárzola, que trabajaba como colocador de pisos en la casa de Dalmasso en el country Villa Golf de Río Cuarto al momento de su asesinato, es el nuevo sospechoso señalado.
La sospecha de un crimen por encargo persiguió a Macarrón casi desde el inicio del resonante caso y recién hace tres años, cuando fue juzgado y absuelto por un jurado popular en 2022, pudo empezar a hacer el duelo por su esposa asesinada. También entonces, se reabrió la investigación en busca de “la verdad histórica” del crimen de Nora Dalmasso.
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En esta nueva línea fue clave la llegada del fiscal Pablo Jávega -el sexto fiscal del caso-, quien con personal de la División de Investigación Operativa y la colaboración de un laboratorio asociado al FBI, hizo un mapeo de más de 200 personas que pasaron por la casa de los Macarrón y logró aislar, en el cinturón usado como arma homicida, un ADN que no pertenecía ni a la víctima ni al marido.
Este perfil genético, que ya fue identificado por la Justicia, es el que se presume pertenece al asesino.
Durante el juicio en el que absolvieron a Macarrón también se cayó la hipótesis de un crimen premeditado. Los forenses Martín Subirach y Mario Vignolo coincidieron en plantear: “Fue algo del momento (…). Algo pasó en la relación (…) el asesino no había llevado nada para matarla (…). El agresor se sacó y provocó el estrangulamiento con algo que tenía a mano”.
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En esa prueba, el cinturón o el arma homicida, fue que se concentró la investigación que aún sigue abierta. “En el debate se reveló que en el cinto de una bata había tres rastros genéticos”, explicó el fiscal Pablo Jávega, y completó: “El de la víctima y dos masculinos. Uno de los ADN pertenecía a Marcelo Macarrón y el otro desconocido”.
Para avanzar en esta dirección, en los últimos meses se analizaron 44 nuevas muestras de ADN y se pidió la colaboración del Centro Nacional de Ciencias Forenses de Florida, laboratorio asociado al FBI que ya había asistido previamente en este caso.
“Pudimos ubicar a la misma persona del laboratorio norteamericano que intervino hace 18 años”, destacó Jávega. “El conservaba todavía los registros”, sumó. De esta manera, se facilitó el trabajo de cotejo y pudieron “aislar, separar el perfil de Macarrón del otro desconocido”, ya que ambas huellas estaban entrelazadas.
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“Desde hace dos años se viene trabajando en un barrido de quiénes pudieron haber hecho ese aporte genético. Estamos plenamente conscientes de las dificultades, pero la expectativa siempre está”, decía el fiscal, que además tomó distintas testimoniales.
“No sólo a la familia, también fueron citados a declarar como testigos el personal doméstico o de mantenimiento, todas las personas con las que podíamos consultar cuestiones asociadas a los hábitos de la casa, la cotidianeidad”, sostuvo Jávega.
“Estamos aplicando un método y ese método nos puede llevar a un resultado”, explicó sobre su trabajo el fiscal. Y el resultado llegó, sorpresivamente, cuando se cumplieron 18 años el crimen de Nora Dalmasso.
Fuente: TN
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