La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha procedido al reconocimiento oficial del burnout o “síndrome de estar quemado” o de desgaste profesional como enfermedad.

“Está asociado con la exigencia que hay a nivel laboral de la misma persona y también puede ser externo, entonces el sistema nervioso de la persona colapsa. Es decir, lo supera” explica la licenciada Deglya Camero, Psicóloga y Coach vocacional.

“Esto genera una descompensación emocional, física, cognitiva, etc” agrega.

Las personas que experimentan agotamiento ven sus trabajos como cada vez más estresantes y frustrantes. Pueden volverse cínicos sobre sus condiciones de trabajo y las personas con las que trabajan. También pueden distanciarse emocionalmente y comenzar a sentirse adormecidos por su trabajo.

Conductas hacia el trabajo

Se trabaja más tiempo del normal
Se llega a la casa y la persona continúa trabajando
La persona no duerme bién.
Se obsesiona con las presiones laborales.

Señales:

Se alteran hábitos alimenticios, sueño, abuso del café, hipersensibilidad, alteración emocional, etc.
Disminuye el rendimiento, rechazo a la actividad, aparecen otras enfermedades.
Los individuos con agotamiento se sienten negativos sobre las tareas. Tienen dificultad para concentrarse y, a menudo, carecen de creatividad.
El estrés crónico puede provocar síntomas físicos, como dolores de cabeza y de estómago o problemas intestinales.

Posibles causas de este síndrome

Están dadas por no conocer o reconocer mis propias necesidades.

¿Se puede prevenir?

“Si tengo una disminución de mi rendimiento, vengo sintiendo cansancio, malestar, lentitud es importante replantearme los motivos” explica Deglya.

“Tomarse el tiempo para parar: un buen ejercicio o rutina es hacer pausas activas. Son pequeños lapsos de descanso en el que se pueden realizar ejercicios de estiramiento”.

“Por cada 42 horas de trabajo se deben tomar 10 horas de recreación sino el cuerpo colapsa. Se puede trotar, hacer ejercicio, ver películas, tomar un café con una amiga, lo que cada uno tenga ganas, etc”.

Acciones que ayudan

Tomarnos pequeños momentos de reflexión diarios, 10 minutos.
Organizarnos
Pequeños cambios: saber que te gusta es fundamental, ej la música bueno incorporarla en tu actividad.
Disfrutar las pequeñas cosas de la vida, estructurar el tiempo de modo que quede espacio para hacer las cosas que se disfruten.
Pensar en cosas que conecten con el placer, positivas: desviar la atención hacia aquellas cosas de mi trabajo que son agradable. Además, recordar cuáles fueron las motivaciones por las cuáles llegue a estar ahí.

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