La alergia a los perros suele tratarse de una enfermedad de síntomas localizados, normalmente en los ojos en forma de conjuntivitis, y vías respiratorias, desde rinitis hasta asma. Aunque también se puede tener dermatitis atópica ante el contacto con perros, es algo menos común.
La prevalencia de alergia a gatos y perros está en aumento en poblaciones donde la presencia de mascotas en los núcleos familiares está cada vez más presente.
Las partículas de estas mascotas (alérgenos), sin embargo, no se encuentran solamente en las casas que habitan, sino que se pueden detectar en muchos lugares públicos.
Estas moléculas de origen animal son tan pequeñas que pueden permanecer en el aire durante largos períodos de tiempo. Por lo tanto, pueden esparcirse por toda la casa, ser inhaladas o incluso transportarlas en nuestra propia ropa.
Incluso tiempo después de que las mascotas no convivan en nuestra casa, estas moléculas pueden permanecer durante meses o incluso años.
¿Qué hacer con los síntomas?
Los síntomas leves como rinitis o conjuntivitis pueden ser controlados de forma sencilla con medicación, aunque sigan siendo molestos. Sin embargo, las personas que sufran de asma alérgico a perros, pueden sufrir un ataque grave si entra en contacto con altas concentraciones de alérgeno.
De forma general, el riesgo de tener un asma de mayor gravedad está directamente relacionado con estar sensibilizado a moléculas de gato. Por esta razón, algunas madres y padres prefieren evitar las mascotas, por miedo a que sus hijos desarrollen asma.
En el caso de los perros, la relación no está tan clara por falta de evidencias y porque no se debe asumir que tenga el mismo mecanismo sobre nuestro sistema inmunitario que pueden tener los alérgenos de gatos.
Los alérgenos de perro se encuentran en su saliva, piel y caspa. El principal alérgeno, al que la mayoría de las personas alérgicas a perros reaccionan (más del 50%), es Can f 1 y se produce en las glándulas salivales. Recibe este nombre porque su origen es el perro doméstico: Canis familiaris.
Aunque hay múltiples factores que influyen, puede darse el caso de que una persona alérgica a perros no tenga síntomas graves con algún perro concreto. Esto es posible debido a diferencias entre las distintas razas de perro o entre perros, que producen más o menos cantidad de alérgeno. Sin embargo, no se conoce de una raza concreta que se sepa que produce poco o mucho alérgeno.