El marplatense que decidió hace unos meses radicarse en Buenos Aires, explicó en Marca Deportiva Radio (FM 99.9) los motivos de esa decisión y anticipó lo que será el combate en el Polideportivo “Islas Malvinas” ante Jean Carlos Mina.

Por Rodrigo Divito (@rodrigodivito)

El camino del boxeador hacia el desarrollo personal es sacrificado y a veces, requiere de decisiones difíciles. El marplatense Ezequiel “El León” Acosta peleará este viernes en el Polideportivo “Islas Malvinas” ante el ecuatoriano Jean Carlos Mina por el Cinturón Fedelatin AMB Crucero en lo que podrá ser su segunda corona, luego del título Argentino Medio Pesado que también ostenta.

En Marca Deportiva Radio (FM 99.9) el invicto en 11 peleas detalló que “estoy muy contento desde que me dieron la noticia, ahora estoy ansioso. Quiero que llegue el pesaje y subir al ring. Me tocó pelear en el Luna en la reapertura y ahora será similar el marco en el Poli”. El hijo de “Siru” forma parte de una generación de boxeadores jóvenes de la ciudad que está haciendo revivir viejas épocas de este deporte en la ciudad: “estamos muy contentos porque de a poco vamos sacándola a flote, estamos volviendo a lo que era antes cuando había buenos boxeadores, podemos ser protagonistas. Junto con Lucas Bastida y los chicos que vienen progresando, estamos de a poco llevando a Mar del Plata a los primeros planos”.

Para seguir evolucionando en su carrera, tomó la decisión de irse de la ciudad y radicarse en Buenos Aires: “me costó mucho tomar esa decisión, estuve muchísimos meses para llegar a eso. Sentía que acá en Mar del Plata, con mi papá como entrenador, había tocado un techo, que no tenía más nada que hacer en la ciudad. Por unas experiencias que tuve en Buenos Aires para el título argentino, me di cuenta que para progresar tenía que soltar a mi papá y salir de Mar del Plata”.

Eso no significa que no valore todo lo que pudo crecer radicado en nuestra ciudad: “siempre estaré orgulloso de haber nacido acá, pero por ahora se está reflejando mi decisión en los resultados; crecí bastante técnicamente como físicamente”.

El principal cambio que encontró es el nivel de oposición que puede tener en el día a día, en el guanteo cotidiano dentro del gimnasio: “lo que cambia es la cantidad de chicos que hay para entrenar, allá no te respeta nadie, no sos ni mas ni menos por más que tengas un cinturón y si te pueden clavar de cabeza, lo hacen. Acá no es tan así, ya nos conocemos mucho los que estamos acá. Con Lucas Bastida y Leonel Ávila prácticamente nos hicimos juntos, nos conocemos mucho; allá en Buenos Aires con la cantidad de chicos que hay, cuando terminas de acostumbrarte, te ponen otro”.

Después está lo que cada uno decida para su vida y él apostó a su carrera y a lo que en proyección puede lograr: “eso va en uno porque si querés llegar a lo más alto y a las grandes ligas, tenés que apostar. Cambié mucho desde que estoy en Buenos Aires y me siento muchísimo mejor, desde lo técnico también. Confío en el equipo que elegí en Buenos Aires y vamos por buen camino”.

Todo esto tratará de demostrarlo sobre el cuadrilátero el viernes, ante su gente, su público y en búsqueda nada menos de su segundo cinturón.