Familiares de los marplatenses desaparecidos: “Todavía creemos en el milagro”
Las familias de Maxi (29 años) y Emmanuel (34), los dos amigos marplatenses a los que se perdió la pista el pasado 27 de agosto tras salir a hacer pádel surf en la playa de La Misericordia, en Málaga, sienten que están viviendo una pesadilla de la que todavía no se han despertado. Sus rostros dan muestras de la tristeza y la desesperación que arrastran, y que no hace más que aumentar conforme pasan los días. Son conscientes de que cada minuto que corre juega en contra de los dos jóvenes, pero la unión en estos momentos, los más difíciles de sus vidas, les dan fuerzas para no renunciar a la esperanza: “Nosotros todavía creemos en el milagro”.
La última vez que Jorge habló con su hijo, Maxi, fue la noche antes de la desaparición: “Nos comentó que él y Emma iban a salir a ver el amanecer en la tabla y a tomar el mate; después tenía que ir a trabajar”. El, como la mayoría de los padres y hermanos de los dos amigos, se encontraba en Mar del Plata. Maxi no acudió a la heladería en la que trabaja y ahí fue cuando saltaron todas las alarmas. “Cuando nos enteramos intentamos tener paciencia y pensar que iban a aparecer, pero las horas corrían; al otro día ya nos sacamos los pasajes para venir”, explica Ignacio Soria, hermano de Emma y uno de los mejores amigos de Maxi.
Ayer se cumplieron diez días de la desaparición y los familiares afirman que no se irán de Málaga hasta que encuentren a los dos jóvenes. De hecho, el principal temor en medio de esta odisea es que se desmantele el dispositivo con el que se trata de localizar a los dos marplatenses, que se inició con medios aéreos y marítimos de Salvamento Marítimo -que está coordinando el despliegue-, Guardia Civil, Frontex, Cruz Roja y el Ejército del Aire. “Desde hace dos días no están saliendo los aviones”, se queja Ignacio, sin poder comprender esta decisión. “Por mucho que hagan, hasta que demos con ellos no podemos dejar de pedir más de lo que están haciendo”, recalca en diálogo con Diario Sur.
Desde que comenzó el operativo se han estado realizando alrededor de unas 15 horas diarias de búsqueda en un área de 7.000 kilómetros cuadrados, informaron el pasado 31 de agosto desde Salvamento Marítimo. La misma se extendió al mar de Alborán y, más adelante, al área comprendida desde Málaga a Torrox y también doce millas mar adentro. Asimismo, se han estado emitiendo avisos a los buques que navegan por la zona para que extremen la vigilancia. “Nosotros queremos que sigan buscando con la misma intensidad o más; queremos encontrar a los chicos”, señalan al respecto las familias.
Dos únicas pistas
Insisten en que están agradecidos por el trato y la implicación de las distintas administraciones involucradas para dar con el paradero de Maxi y Emma, pero los parientes tampoco entienden “algunas fallas” que, dicen, se han dado desde el inicio, como el hecho de que no se pudiera acceder a las grabaciones de cámaras de la zona para, al menos, certificar que como sospechaban y se acabó confirmando los dos amigos se habían adentrado en el mar, o para averiguar la dirección que habían tomado. La primera pista de la que tuvieron conocimiento fue la del hallazgo de la tabla, en la tarde del 28 de agosto, localizada a quince millas de la costa al suroeste de Málaga capital.
“Pero ahí todavía nos quedaron muchas dudas, pensábamos que quizás no habían entrado al agua”, precisa Jorge, quien asegura que al día se plantean millones de preguntas y todas sin respuestas. No apareció el remo ni tampoco el termo en el que llevaban el mate, dice al respecto. “Sólo quedó una bombilla en una argolla que estaba enganchada a la tabla; creemos que la dejaron ahí para que se sepa que la tabla era de ellos”, puntualiza el padre. El vídeo que captó un turista mientras hacía deporte en el paseo marítimo despejó esa incógnita. Nada más verlo, supieron que eran Maxi y Emma. “Por la espalda, por la posición... los podríamos reconocer a 500 kilómetros”, afirman los familiares.
Según explican, accedieron a esa grabación el pasado 31 de agosto y, desde entonces, no han vuelto a tener más noticias. De ahí que esta semana hubieran tenido un encuentro con el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, además de pedir una reunión con el subdelegado del Gobierno, Francisco Javier Salas, con el principal propósito de insistir para que la búsqueda no cese. Como subrayan, en una situación así, en la que la desesperación es constante, resulta imposible quedarse de brazos cruzados y esperar. “Nosotros nos damos fuerzas y estamos recibiendo muchísimo cariño y muchísimo apoyo, pero no vamos a poder seguir con nuestra vida hasta que se cierre esta historia”, aseguran.
Alerta amarilla
La mañana en la que se les perdió la pista a Emma y Maxi había alerta amarilla por fuertes vientos del norte, algo de lo que sus allegados están convencidos de que ellos no eran conscientes. “No son chicos arriesgados, nunca lo han sido; el plan que tenían era no alejarse más de 150 metros de la orilla, llegar hasta la boya, y quedarse en la tabla viendo el amanecer”, incide Jorge. Un mes antes se habían comprado la tabla por Internet y ya habían salido una cuatro o cinco veces. “Yo creo que como nuestro mar -el de Mar del Plata- es mucho más bravo que el de acá, se confiaron; en el vídeo se ve que en el momento en que entraron el agua estaba relativamente en calma”, agrega al respecto Ignacio.
Desde que empezó esta pesadilla para las dos familias, las muestras de apoyo y de solidaridad no han cesado. De hecho, a los pocos días se inició una colecta a través de las redes sociales que ha permitido el pago de parte de los viajes y que está siendo de ayuda para los gastos de mantenimiento. “No podemos agradecer lo suficiente toda la fuerza que nos está dando la gente de Málaga que nos está acompañando, que es muchísima y toda nuestra gente de Mar del Plata”, sostienen.
El martes, dicen emocionados, cientos de personas se concentraron por segunda vez en el monumento a San Martín y el domingo, otras sesenta les respaldaron en la playa de Huelin cuando se cumplió una semana de la desaparición. Y todo con un mismo objetivo: que Maxi y Emma no caigan en el olvido.
Fuente: Diariosur.es