Fuerte recesión y caída de ventas: se desacelera la suba en alimentos
Según el Índice Barrial de Precios, en abril se registró un fuerte descenso del consumo que impactó en los comercios.
Según el relevamiento mensual que realiza el Instituto de Investigación Social Económica y Política Ciudadana (ISEPCi) en más de 100 comercios de cercanía de los barrios populares del Mar del Plata y Batán, una familia de dos personas adultas y dos niños/as, para adquirir la Canasta Básica de Alimentos (CBA) requirió en el mes de abril de $302.687, representando un incremento del 4,80% respecto del valor de esa misma canasta en el mes de marzo, de $288.819.
En el período de un año, partiendo desde abril de 2023, la CBA registra una suba del 278%, resultando así un valor cercano al cuádruple del que tenía doce meses atrás ($80.119).- Por otro lado, el costo de la Canasta Básica Total (CBT) que abarca, además de alimentos, los bienes y servicios necesarios para subsistir, para la misma familia de cuatro integrantes, en abril de 2024 escaló a $653.805, siendo ese el nuevo monto a alcanzar para estar por encima de la línea de la pobreza.
El rubro almacén lideró los aumentos del mes de abril, con un 5,8%, alcanzando un incremento interanual del 323%. Por su parte, el rubro verdulería tuvo un aumento mensual del 4,6%, y llegó a un interanual de 219%. Finalmente el rubro carnicería tuvo un incremento mensual en abril del 3,3%, y un incremento interanual de 255%.
Respecto de la situación económica que atraviesa el país y cómo ello impacta en las ventas de alimentos a nivel local, Rodrigo Blanco, director del Isepci en la ciudad, destacó: “En medio de una fuerte caída de la actividad económica, con tan sólo un 54% de utilización de la capacidad instalada de la industria contra un 62% del mismo mes de 2023; caída del índice de producción manufacturera del 21,2% y la construcción que se desplomó un 42,2% en la comparación interanual, el consumo interno y las ventas se desplomaron a niveles inéditos".
En esta línea, comentó que “la última publicación del INDEC da cuenta de un descenso pronunciado de las ventas en supermercados durante el primer trimestre del actual gobierno, tanto en la comparación interanual como en la mensual. Por su parte las ventas en los pequeños y medianos negocios minoritas también están siendo afectadas fuertemente por la retracción del consumo”.
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Asimismo, "el informe de la CAME ha señalado también el fenómeno de la pérdida de ventas de los pequeños comercios en manos de los hipermercados, que atrajeron público con algunos descuentos muy agresivos. En los almacenes de barrios, la mayor demanda se focalizó en marcas alternativas, buscando abaratar la canasta alimentaria. Y en este marco de fuerte caída de la capacidad adquisitiva de los ingresos familiares, el sector de alimentos claramente es de los que más bajas está sufriendo. Las ventas en los pequeños y medianos comercios de alimentos en abril descendieron 8,5% respecto al mismo mes del 2023, mientras que durante los cuatro primeros meses de este año se desplomaron un 23,8%”, enfatizó.
Respecto del impacto en los precios, Blanco sostuvo que “el descenso del consumo de alimentos también llegó a los barrios y se reflejó en caída de las ventas y una fuerte desaceleración de las subas de los precios. El incremento de acumulación en stocks de productos que no tienen el movimiento habitual, obligaron a las cadenas mayoristas a moderar los aumentos, y a las cadenas de supermercados a multiplicar ofertas".
Por lo que “esta desaceleración, muy probablemente transitoria, de los precios de los alimentos lejos está de constituir un alivio real para los habitantes de los barrios populares. No hay que olvidar que mientras crecen los despidos tanto en el sector formal como informal, los salarios y jubilaciones han perdido poder adquisitivo todos los meses desde el comienzo del año”.
En cuanto a “los sectores más desfavorecidos, esto va acompañado de un fuerte recorte a los programas sociales que viene implementando el gobierno desde el momento que asumió. Con la excusa de que está monitoreando e investigando posibles hechos de corrupción, paralizó la entrega de alimentos, anuló cientos de miles de asignaciones por motivos inexistentes, y en un último acto de barbarie redujo a la mitad la remuneración que venían percibiendo cientos de miles de trabajadores y trabajadoras que a través del Programa Potenciar Trabajo, trabajaban en diversos proyectos productivos de la economía popular”.
En consecuencia, “lo que percibimos respecto de los objetivos del gobierno, son dos cuestiones principales: en primer lugar, traslado de ingresos desde los sectores populares a los más poderosos, camino por el que viene avanzando rápidamente. En sus primeros cinco meses los trabajadores/as y las clases medias, son mucho más pobres, y los más ricos y poderosos son muchos más ricos y poderosos”.
"No está alcanzando el mismo éxito en la consecución de su segundo objetivo: desarmar, destruir y acallar a las representaciones sociales que desde hace décadas son la voz de los/as pobres y excluidos/as de las distintas variables bajo las que se construye y desarrolla este modelo injusto. El gobierno es consciente que, sin avanzar hacia esta meta, el primer logro no es sostenible en el tiempo”, finalizó.
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