"Hay que dejar que San Cayetano venga a cada uno de nosotros"
Pan y trabajo. La necesidad recrudece en tiempos de pandemia y cuarentena. Y en este contexto, la celebración habitual de San Cayetano no podrá llevarse a cabo este 7 de agosto.
"Es un día que trae algo hermoso porque es una vez más la fiesta de San Cayetano, a quien queremos, a quien la gente sigue con todo su corazón, pero nos toca de una manera distinta e invitamos a la gente a que la viva distinto. Hoy es al revés. En vez de venir, hay que dejar que San Cayetano venga a cada uno de nosotros", manifestó el padre Juan Pablo Cayrol, encargado de la iglesia ubicada en Moreno al 6800, a El Marplatense.
En relación a esta particular situación, aseguró que "nunca lo imaginé. Ni siquiera lo pensé al comienzo de la cuarentena que iba a ser tan largo. Estaba seguro que íbamos a llegar bien a la fiesta de San Cayetano. Esta es la realidad que nos toca vivir: delicada y frágil, por una enfermedad que se propaga por nuestra ciudad. Entonces tenemos que cuidar al peregrino, al entorno del peregrino porque cada uno tiene familia, amigos, vecinos y toda una ciudad. Además tenemos un protocolo que dice taxativamente que están prohibidos todos los actos religiosos masivos. Entonces cuando vimos eso, con el Obispo, dijimos de cerrar la puerta y que la fiesta se viva en la casa".
En cuanto al mensaje para este 7 de agosto, Cayrol expresó que "por un lado, tener confianza en que Dios no arregla los problemas, pero nos da fuerza para seguir adelante. Hay mucha gente que viene al santuario una vez al año, buscando la confianza. Y por otro, tengamos cuidado con los cansancios. Estamos todos cansados de esto, los abuelos, los chicos, los jóvenes y adultos, los que dependemos de nuestro comercio y empleo, cansadas las parroquias también que estamos cada vez más endeudadas porque no tenemos ingresos".
"Pero hay que encontrar con creatividad la fuerza de seguir adelante. Si nos gana el cansancio viene la tristeza, el vacío, la depresión y eso no nos permite seguir adelante. Somos un país que nos hemos ido superando a las adversidades, entonces no tengamos miedo. Como dijo Pío XII: no temo al actitud de los malos, temo al cansancio de los buenos. Entonces que San Cayetano, que gastó su vida por los demás nos de fuerza para no cansarnos", cerró el padre.