¿Inteligencia? artificial
El término «inteligencia artificial» está en boca de todo el mundo, pero ¿estamos cerca de crear máquinas inteligentes?
Que Alexa, Siri, o Google Assistant puedan entender y responder una pregunta realizada por nosotros en voz alta es algo sorprendente. Que un programa informático como Dall-E o Stable Difussion pueda, a partir de una serie de palabras, crear una imagen única que incluso imite el estilo artístico de un pintor en particular, también. Que uno pueda ordenarle a ChatGPT o a Google Gemini que redacte un artículo periodístico y obtener un resultado coherente, parece increíble. Pero, ¿estamos lidiando con computadoras que realmente son «inteligentes»?
Los límites actuales de la inteligencia artificial
Todos los desarrollos actuales que se califican como pertenecientes al campo de la inteligencia artificial, se engloban en lo que se llama «inteligencia artificial débil», o «inteligencia artificial estrecha». La inteligencia artificial estrecha es aquella que está diseñada para una tarea específica y presenta fallas o errores cuando uno intenta aplicarla por fuera de los límites de dicho diseño.
Por ejemplo, si uno le pregunta a Google Assistant «¿Cuál es el sentido de la vida?», la aplicación se limitará a responder con alguna definición enciclopédica del vocablo «vida», pero es incapaz de responder la pregunta filosófica que el usuario le plantea.
De la misma manera, un software para creación de imágenes como Dall-E o Stable Difussion es incapaz de generar la imagen de un objeto para la cual el modelo no haya sido entrenado: si el modelo no cuenta en su base de datos con imágenes asociadas al concepto «mate», va a ser incapaz de generar una imagen coherente de dicha infusión.
El concepto tradicional de «inteligencia artificial» popularizado a través de los años en novelas de ciencia ficción y películas como Terminator o Matrix, es lo que hoy se denomina «inteligencia artificial general» y, por ahora, sigue siendo sólo una fantasía: se trataría de un tipo de IA capaz de superar las capacidades humanas. No existen actualmente desarrollos que siquiera se acerquen a este concepto.
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¿Qué es la «inteligencia artificial»?
La razón por la cual se les aplica el término de «inteligencia artificial» es porque son programas capaces de brindar resultados más complejos al funcionar de maneras que imitan de forma muy parcial y limitada algunos mecanismos específicos de la inteligencia humana. Una de las técnicas más utilizadas y revolucionarias es lo que se conoce como «redes neuronales artificiales».
Esta técnica consiste en crear diversas unidades individuales ordenadas en nodos interconectados, imitando la estructura de un cerebro biológico. Estas unidades se envían señales entre sí, incrementando o inhibiendo el estado de activación de las «neuronas» adyacentes, de la misma manera que sucede en una red de neuronas real. Estas estructuras virtuales son entrenadas con grandes cantidades de datos, y así «aprenden» a reconocer patrones o a identificar relaciones complejas. Cuando los nodos están ordenados en diversas capas o niveles, es cuando se habla de «aprendizaje profundo».
Existen otros desarrollos informáticos que se engloban dentro de lo que se denomina inteligencia artificial estrecha, como ciertos algoritmos complejos.
La IA y vos
Como todo concepto nuevo y complejo, la «inteligencia artificial» genera temores y dudas. Sin embargo, a pesar de que estas técnicas ya están siendo aplicadas de maneras que afectan nuestra vida diaria, en lo inmediato no existe peligro alguno de que las máquinas se vuelvan conscientes y empiecen a controlar nuestras vidas.
Sin embargo, estas herramientas sí pueden servir como elementos de control: la inteligencia artificial determina, por ejemplo, a qué contenido somos expuestos en las redes sociales o plataformas de entretenimiento, como Netflix o YouTube. También, a qué información accedemos, o qué publicidades o productos nos ofrecen. Pero, en esos casos, la inteligencia artificial funciona como una herramienta al servicio de las empresas y corporaciones que nos brindan estos servicios. Hay personas detrás de esos algoritmos, que deciden cómo se aplican de acuerdo a los resultados que desean obtener. La solución es buscar información en fuentes diversas y siempre tener un ojo crítico a la hora de analizar lo que vemos y escuchamos.
La inteligencia artificial ofrece hoy en día herramientas que permiten mejorar nuestra vida diaria. Algunas de esas herramientas, son gratuitas.
Cualquier persona puede acceder, por ejemplo, a la versión gratuita de ChatGPT y pedirle que le redacte un email, o el borrador de un trabajo para el colegio. Estas herramientas aún son limitadas, y el resultado va a tener que ser corregido y chequeado, pero es una ayuda que permite ahorrar tiempo y esfuerzo.
Otra aplicación muy útil de la IA son las transcripciones: existen servicios en línea que permiten subir un audio o video y conseguir una transcripción bastante fiel de lo que se habla en el mismo. Uno puede, por ejemplo, convertir en un texto coherente la grabación en audio de una clase de la facultad o subtitular un video familiar que se grabó con poca calidad de audio.
Estos son sólo dos ejemplos de las muchas aplicaciones sencillas y gratuitas basadas en inteligencia artificial que están al alcance todos.
IA y el empleo
Una de las preocupaciones más asociadas con los desarrollos en inteligencia artificial es la posibilidad de que estos programas informáticos hagan que ciertos puestos de trabajo se vuelvan obsoletos. Sin embargo, a medida que se van popularizando estas herramientas, sus limitaciones se vuelven cada vez más evidentes.
El año pasado, los 160.000 profesionales de los medios y el entretenimiento afiliados al sindicato SAG-AFTRA de Estados Unidos —el cual reúne a la mayoría de los actores relevantes de Hollywood— se declararon en huelga. El principal foco del conflicto, fue la utilización de la inteligencia artificial y otras herramientas digitales en la industria del entretenimiento. También el año pasado, la plataforma Disney + estrenó la serie «Invasión Secreta», cuya presentación fue elaborada a través del uso de una inteligencia artificial.
Sin embargo, muchas de las empresas que habían empezado a apostar fuertemente por estas herramientas, están reviendo sus estrategias. La inteligencia artificial estrecha puede ayudar a realizar algunas tareas de manera más rápida y sencilla, pero su nivel de desarrollo aún no puede suplantar las capacidades de un ser humano.
El principal problema, es la falta de un punto de vista: la inteligencia artificial puede recopilar datos sobre un tema, pero no formar una opinión. No puede comprender las relaciones complejas entre los individuos, las instituciones, los gobiernos. Puede crear un texto que explique un tema, pero no redactar un artículo periodístico.
De la misma manera, la inteligencia artificial estrecha puede imitar ciertos aspectos estéticos del estilo de un artista, pero es incapaz de crear una pieza con peso dramático, donde el relato se construya a partir del contexto histórico y las sutilezas de los gestos y las expresiones.
En otras palabras, nunca una inteligencia artificial podrá crear una obra como «Iván el terrible y su hijo», del artista ruso Iliá Repin.
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