El marplatense que participó en dos competencias de Aguas Abiertas del Campeonato Mundial de Natación de Budapest contó su experiencia en Marca Deportiva Radio (FM 99.9) y contó porque decidió correr los 10 y 25 kilómetros con menos de 24 horas de diferencia: “me había quedado con la espina”.

Por Rodrigo Divito (@rodrigodivito)

El marplatense Ivo Cassini disfrutó de una experiencia muy particular en el Campeonato Mundial de Natación que se desarrolló en Budapest, Hungría y contó lo que fue atravesando con el correr de los días a través de Marca Deportiva Radio (FM 99.9).

Su especialidad eran las Aguas Abiertas donde tuvo dos competencias muy exigentes en menos de 24 horas, pero también pudo disfrutar de otras situaciones que se dan sólo en ese contexto: “la verdad que fue una experiencia increíble, distinto a todo lo que había vivido antes. Si bien participé en la prueba de 10 kilómetros de aguas abiertas, estuve viendo las competencias de pileta y fue algo increíble. Ver a nadadores que son leyendas y compartir el vestuario con ellos es algo fantástico”.

Era su primera participación en un torneo así y el ambiente era agobiante, con temperaturas muy altas: “era mi primer mundial de aguas abiertas, los primeros días sirven para relajar, pero después te relajas mas tranquilo en la pieza y en la pileta, guardas energías para dar el máximo en el momento de la competencia. La temperatura fue un factor que influyó mucho el calor, hacía 37 grados afuera del agua y el agua estaba en 29 grados”.

Primero compitió en los 10K y ahí es donde tenía puesto todo su esfuerzo: “fue una prueba muy dura, los italianos plantearon una estrategia difícil que cambió todo el juego. Salieron muy fuerte desde el principio, no hubo pelotón, fue una prueba de pura resistencia física”, contó Cassini. En el análisis deportivo, agregó que “no me quede conforme porque el objetivo era estar Top 20 del mundo y quizás 15 o 13, pero finalicé en posición 24. La sensación de prueba mía no fue buena y no me gustó como la planteé mentalmente”.

En cuanto a esos errores que le dieron un sabor distinto a la prueba, el marplatense explicó que “quise engancharme rápido en la punta y eso generó un desgaste físico para el resto de la prueba y no me permití tomarme unos segundos para nadar más estirado, lo hice desacomodado y fuera de ritmo. Para el Mundial del año que viene uno ya tiene otro parámetro y este resultado nos permite revisar y ajustar algunas cosas”.

Se quedó con la espina clavada y decidió competir al día siguiente en una prueba aún más exigente como los 25 kilómetros: “fue muy duro, lo hice porque estaba inscripto en los 25k, si tenía un buen resultado en los 10K me hubiera bajado, pero como me quedé con la espina decidí nadarlo para irme del torneo con otra sensación. No fueron ni 24 horas de descanso. Sentí la fatiga a partir del kilómetro 17 y a 2 kilómetros del final tuve que abandonar. Tuve buenas sensaciones de la prueba, sentí que nade muy bien“.

Después de la presentación que tuvo, le tocó pasar un poco más de estrés en su regreso al país: “llegué sin valija, en Holanda se complicó todo, explotó la temporada en Europa y perdimos el vuelo de Amsterdam a Buenos Aires. Nos mandaron de Amsterdam a Perú, salió tarde y perdimos el vuelo de Perú a Ezeiza”, contó entre risas ya instalado en Mar del Plata pero a la espera de la valija.

Ya empieza a mirar hacia adelante y tiene una oportunidad en el corto plazo de seguir compitiendo: “ahora mi próximo objetivo es Canadá en una carrera que antes era parte de la Copa del Mundo. Eso será el 29 de junio pero estoy teniendo demoras con la visa de Canadá, si no llega la visa esta semana no podré ir. Sino tendré en agosto los Juegos ODESUR de Paraguay”.