“La felicidad que tengo es mayor a la tristeza de dejar de jugar”
Leo Gutiérrez ya no pudo controlar su emoción tras ganar el clásico ante Quilmes, en el último partido de su vida como jugador profesional. El más ganador de la historia de la Liga respiró, se guardó las lágrimas por un rato y reflexionó: “La felicidad que tengo es mayor a la tristeza de dejar el básquet”. Toda una definición de lo que significó el duelo ante el rival de siempre.
“Siento una mezcla de todo. Es un desahogo, estoy contento”, explicó ante la prensa. Y cuando le recordaron la jugada en la que casi comete un blooper insólito al revolear el balón cuando aún faltaban 5 segundos, reconoció: “Me quería morir cuando miré y vi que faltaban 5 segundos”.
“Fue un partidazo. Quilmes está jugando muy bien. Fue un final tremendo, un cierre extraordinario”, explicó Leo, quien se retiró a punto de cumplir 39 años. “Tuve el respeto y el cariño de mis colegas. Dejé todo. No puedo pedir más”, señaló orgulloso.
Antes de hablarle a la gente de Peñarol, y previo a un abrazo emotivo con Sergio Hernández al costado de la cancha, el capitán se expresó sobre su futuro y, aunque no dio precisiones, dejó en claro su meta. “Quiero ser entrenador y mi idea es quedarme en Peñarol. Pero hay que analizarlo”, cerró.