La importancia de la limpieza facial
Estamos ante la estación del año ideal para recuperar la piel del rostro de los efectos del verano, rehidratarla, mejorar las manchas y aumentar las defensas naturales para enfrentar el invierno.
Así como cambian las estaciones del año, la rutina facial debe variar ya que con cada temperatura y condición climática la piel necesita distintos cuidados. Sin embargo, ningún tratamiento facial puede actuar si no se eliminan todas las impurezas antes.
Por eso, lo mejor es realizar la doble limpieza, que es capaz de eliminar cualquier resto de suciedad, maquillaje o impureza que se adhiere a la piel, permitiendo, de este modo, que los activos que se aplican después penetren y cumplan su función -y evitar que se queden en la superficie-.
“La piel es un órgano, entre sus funciones podemos mencionar: regulación de la temperatura, mantener el equilibrio de fluidos corporales, efectiva barrera ante la pérdida de agua, eliminación de sustancias a través del sudor y la secreción sebácea, a su vez tiene un pH o grado de acidez determinado el cual se afecta por la acumulación de sustancias toxicas y detritos celulares, con la consecuente alteración no solo de su función sino también de su aspecto”, comenta la Dra. Maria Lorena Silvagni médica dermatóloga, especialista en medicina estética y dermatología vulvar.
“En toda rutina el primer paso es la limpieza facial, de acuerdo con el tipo de piel, seca u oleosa, varia el producto que utilizaremos para la misma. A los pacientes les recomiendo limpiar la piel dos veces por día, por la mañana para retirar los restos de cremas que colocaron a la noche, como también grasitud y sudor acumulado durante las horas de sueño. Por la noche es fundamental la limpieza, aunque no se maquillen se acumulan restos de las cremas que se utilizaron por la mañana, protector solar, partículas de polvo, suciedad de tocarse el rostro durante el día, etc. Por otro lado, esta limpieza es clave para luego aplicar principios activos como productos antiage, tratamientos de acné, rosácea, entre otros”, agrega la Dra. Maria Lorena Silvagni.
“Es importante tener en cuenta: no excederse con los lavados, dos veces por día de manera correcta es suficiente, no utilizar agua muy caliente ya que seca e irrita la piel, y utilizar productos con un pH adecuado, para no alterar el equilibro cutáneo”, resalta la profesional.
De este modo, la doble limpieza permite levantar cualquier capa oclusiva sobre el rostro, de manera que los activos y tratamientos que se apliquen después van a poder realizar su función correctamente. “La limpieza es un paso fundamental para una piel saludable”, suma la especialista.
Paso a paso
1- Por la mañana, utilizar leche de limpieza o jabón líquido facial más el tratamiento hidratante o antiage, si la piel es oleosa se recomienda jabón líquido, en cambio si es normal a seca se puede utilizar agua micelar, y enjuagarla.
2- A la noche, vamos a realizar una limpieza más completa para retirar maquillaje, protector solar, contaminación, etc. Para eso, primero usar el agua micelar (mono o bifásica), la bifásica para retirar el maquillaje de ojos, sobre todo si es a prueba de agua o larga duración, enjuagar y luego aplicar sobre el rostro húmedo el jabón líquido facial con suaves movimientos circulares.
Se pueden utilizar esponjas de limpieza o cepillos de cerdas suaves. Enjuagar con abundante agua (tibia o templada), secar con una toalla limpia y aplicar la hidratación.
Seleccionar los activos adecuados
A la hora de elegir los productos, hay algunos ítems a tener en cuenta:
- Elegir un agua micelar apta para pieles sensibles con el fin de limpiar e hidratar la piel en un solo paso.
- Para desmaquillar, limpiar y reponer la hidratación de la piel sin modificar el manto hidrolipídico del rostro, es mejor una opción bifásica.
- Por último, hidratar la piel con vitaminas como A, E, C y usar protector solar.