La madre que cose las banderas rotas, mientras sostiene la esperanza entera
Lágrimas, abrazos y una o dos banderas en las manos fueron los actores de este jueves por la tarde en el escenario de la Base Naval, donde mañana a las 15.30 se realizará el acto conmemorativo por los dos años del hundimiento del submarino ARA San Juan y se condecorará a los familiares de los 44 tripulantes desaparecidos.
Frente a una bandera, una mujer menudita se levanta los anteojos para secarse las lágrimas y se dice: "qué hermosa foto". Es Mirta Laz, madre del Suboficial primero Alberto Cipriano Sánchez. Lleva una remera con el dibujo del submarino con la inscripción "yo te espero" y una foto con su hijo, a quién todavía espera de regreso.
Cada uno es dueño de transitar el dolor como puede, como quiere. Algunos con dolor, angustia, llanto. Todos los familiares de los 44 tripulantes padecen la ausencia; a algunos los atraviesa; otros aguardan que la misma se acabe.
Mirta es de estas últimas. Sigue esperando a su hijo. Mientras, cada día 15 del mes va hasta la puerta de la Base Naval a contemplar las banderas que propios y extraños han colocado sobre el alambrado en honor a los submarinistas. Aunque le confesó a El Marplatense que también concurre cualquier día. Llega con su costurero, hilo y aguja, y cose las banderas que se han roto; de quién sea. "Puede que sean personas del interior del país y no pueden cuidar su bandera. Por eso, y porque si a mi me pasara, me gustaría que lo hicieran", contó.
"Estamos poniendo banderas porque mañana se cumplen dos años desde que se fueron a navegar y todavía no han regresado. Y lo digo así porque no he visto nada todavía. Estoy consciente de lo que pasó, pero no quiero aterrizar todavía", Mirta habla en tiempo presente, incluso cuando habla de sus nietos, los hijos del Suboficial primero: "cuando Alberto partió tenía 46 años y sus hijos Juan Ignacio tenía 7 y Julián 13. Ahora tiene 48, así que pasó dos cumpleaños en el submarino".
En cuanto a la tragedia, la mujer afirmó que "hay culpables, pero como siempre no hay ninguno preso. Y a los que se los cita en la Justicia, no quieren declarar. Tengo muchísimas hipótesis. Por la manera en la que este desastre se desencadenó, para mi fueron tocados por un misil porque había dos potencias que estaban haciendo pruebas y el ARA San Juan estaba en el medio. Como ellos estaban con problemas de comunicación, no han podido hacerlo ni responder quiénes eran, por eso los alcanzó un misil, por la manera en que cayó el submarino ahí. Siempre dije, desde el momento que los buscaban, que habían caído en un cañadón. Y así fue".
Asimismo, la madre de Alberto Cipriano Sánchez confesó que "se tiene que saber qué es lo que verdaderamente pasó. Tiene que haber alguna explicación. No voy a perder nunca la fe en Dios porque este desastre lo ha hecho el hombre, no Dios. Hay gente que se ha enojado, preguntándose dónde estaba en el momento de la tragedia y Dios con todo no puede".
Aunque habla con firmeza y entereza, la mirada se le va hacia el frente, donde posan en una foto su hijo, su nuera y sus nietos. Parece quebrarse, pero no. Y confiesa: "Tengo un dolor bárbaro, pero siempre estoy viviendo el día a día, esperando su llamado y me diga: ´vieja, ya llegué´. Es el día de hoy que suena el teléfono y me sobresalto porque pienso que es Alberto el que me llama".
Por último, Mirta Laz agradece. "Los medios de comunicación nunca nos abandonaron. Si no fuera por ustedes, seríamos invisibles. Además, acá en la Base Naval me parece que no quieren que esté todo esto, quieren poner un manto de olvido para el ARA San Juan. Lo único que nos queda es venir acá todos los días 15, poner las banderas y llorar. Nos encontramos y nos consolamos. Hay algunos que esperan y otros que no, y los respeto. Pero yo voy a seguir luchando por mis tres nietos, mi hija y mi nuera, esperándolo a él".