La moda italiana para este verano 2022/2023
Las tendencias de primavera-verano 2022/2023 dejan claro que el año no supone un borrón y cuenta nueva en términos estilísticos. Aunque hay marcas y diseñadores que han visto en este inciso de la pandemia una oportunidad de reinvención, otros han optado seguir dentro de la rueda de las Semanas de la Moda. De las prendas que más se van a llevar, pasando por los estampados más vistos (con las rayas a la cabeza) y los colores que teñirán la temporada, desgranamos algunas de las tendencias principales.
Los colores pastel
No constituyen la única gama cromática que estará presente la próxima primavera-verano 2022, pero sí es una que merece la pena destacar, especialmente en lo que respecta al lila y el verde empolvado. Esos dos colores, junto a un amarillo suave y una buena cantidad de rosa claro, han salpicado multitud de desfiles presentados en septiembre, jugando a las relaciones evidentes, como en Moschino o Jil Sander (dos looks con una gran carga naíf) pero también al contraste de contrarios, como en Fendi y un estilismo más ajustado y agresivo. En ese polo también se puede identificar a Givenchy y un look experimental, pero ganan la partida los del primer equipo, también compuesto por Rodarte o Loewe. ¿Otro tono a tener en cuenta? El azul claro.
A todo brillo (de lentejuelas)
En cierto modo, nos encontramos ante una temporada no apta para tímidas. No lo dictan solamente los colores que son tendencia esta primavera verano 2022-2023, sino los materiales que más han empleado las firmas sobre la pasarela. Más allá del lino o el algodón, estas vacaciones son una oportunidad única para brillar con luz propia, y nunca mejor dicho, porque las lentejuelas se erigen como otras de las protagonistas del momento. Tom Ford las aplica a todos sus looks en clave color block, desde los tops a los bombachos, aunque resulta especialmente refrescante apostar por blusas en color verde como la que lució Gigi Hadid. No obstante, el vestido sigue siendo el hábitat más habitual en el que encontrar los paillettes: sus destellos hacen que el plateado de Michael Kors sea una gama común, mientras el rojo y los tonos cobre también han hecho acto de presencia entre propuestas como las de Loewe, Valentino o Rodarte.
El estampado de rayas (verticales)
Es cierto que el estampado de rayas horizontales o incluso marineras es un clásico tan atemporal que una camiseta o un jersey así suele aparecer en la lista de prendas de un armario cápsula. Su carga primaveral es ineludible, pero eso es precisamente lo que podría haber llevado a distintas firmas a reinventarlo cambiando la dirección de las líneas. Una de las primeras muestras y pistas de que el print de rayas verticales apunta a masivo está en Carolina Herrera New York, cuya colección festiva incluye varios vestidos en blanco y negro (ojo, porque es otra tendencia) que de manera un tanto inevitable referencia a un Beetlejuice hipersofisticado. A la icónica casa se le suman Marni o Victoria Beckham con un conjunto de dos piezas relajado, pero también JW Anderson, que escoge el lavanda, o Jil Sander, que elige el melocotón. Además, se pueden rastrear en Altuzarra, Emporio Armani, Preen by Thornton Bregazzi, Roksanda, Givenchy, Schiaparelli, Courrèges, Balmain, Isabel Marant…
Las transparencias
¿Qué sería de una temporada de verano sin tejidos que dejen ver el cuerpo, sean cuales sean? Como con el blanco o con las flores, la asociación de las transparencias con el buen tiempo y la exposición del cuerpo es directa y conocida, motivo por el cual, quizás, los diseñadores han querido incidir en ella (lo dicho: recorrer territorios comunes y conocidos que aportan seguridad y bienestar). De hecho, precisamente con flores se mezcla en los vestidos de JW Anderson y Valentino, así como con en la falda larga de Giambattista Valli, haciendo que la delicadeza de ambos elementos se sublime. Sin embargo, es en su versión más lisa (tanto en tonos neutros como llamativos) la que triunfa entre las colecciones: están las camisas de Rejina Pyo, Etro, Erdem, Emporio Armani, Emilio Pucci o Dior; los vestidos de Balmain, Blumarine, Molly Goddard o Chloé y las apuestas más arriesgadas de Givenchy o Fashion East, donde la tela adquiere un aspecto acuoso. ¿La mención especial? Schiaparelli, gracias a un estilismo que trae de vuelta la sensualidad propia de las imágenes de Helmut Newton.
El catsuit
Sí, la prenda más complicada de llevar es la que sigue triunfando temporada tras temporada. Lo saben bien firmas como KNWLS o Marine Serre, que han hecho del mono segunda piel uno de sus diseños fetiche. Esta primavera verano 2022-2023, encontramos vertientes para todos los gustos: Balenciaga se decanta por el color negro de manga larga y cuello perkins para llevar con tacón. Una versión más discreta que la de Balmain, cuyos catsuits se suman también a la tendencia del cut-out, con aperturas asimétricas a la altura del hombro y del ombligo. En el terreno de los monos estampados, Collina Strada suma volantes, mientras que Saint Laurent se decanta por la vertiente más ochentera de esta tendencia. Anthony Vaccarello, su director creativo, los estampa con motivos como rosas y les da movimiento a través de escotes profundos y drapeados estratégicos. Burberry es otra de las casas que está apostando en sus colecciones por el catsuit, y esta temporada lo actualiza a través de las transparencias y los brillos, en lentejuelas plateadas.
La perfecto sí, pero oversize
Que la perfecto es una de las prendas fetiche de la temporada lo tenemos claro gracias a la cantidad de traducciones en las que se puede encontrar sobre la pasarela. Pero hay una pequeña tónica que marca la pauta: la cazadora de cuero se caracteriza esta primavera 2022 por una silueta más bien oversize. Así la encontramos en varios formatos en color negro en Prada o Dolce & Gabbana. En esa mezcla entre lo rock y lo naíf, Simone Rocha se decanta por perfectos de piel con mangas abullonadas, para un toque mucho más romántico. Si Acne Studios la tiñe de blanco roto, Philosophy di Lorenzo endurece la silueta a golpe de hombreras y le aporta dinamismo a través de los flecos.
El combo vestido + pantalones
Este es un recurso muy, pero que muy popular entre el street style desde hace años: crea un estilismo efectista en cuestión de segundos y, además, permite descontextualizar vestidos que, en otro momento, quedarían relegados al plano de las ocasiones (muy) especiales. Se ve especialmente bien en la combinación del slip dress y vaqueros de Louis Vuitton, así como en el look de tul y denim de Toga, además de en la satinada de Isabel Marant o en la colorista de Collina Strada. La cuestión está en que esta combinación se ha extendido tanto que empiezan a surgir otras interpretaciones más minimalistas con vestidos camiseros, como la de Peter Do o Missoni, y con vestidos cortos, como en Fashion East o Giorgio Armani.
Las minifaldas
Si hubiese que elegir una prenda que defina el verano de 2022-2023, esa sería la minifalda en su versión más pura. Es decir, corta, muy corta, en un alegato de diversión y hedonismo que reivindica el placer de vestirse y de mostrar el cuerpo como se quiere y cuando se quiere (algo muy ligado, además, a las transparencias). La lista de las firmas que han incluido una es tremendamente larga, pero destaca especialmente Prada, ya que entre las creaciones de Miuccia para la casa no suelen abundar. Sin embargo, en esta ocasión se hicieron con parte del protagonismo de un desfile simultáneo y sexy. Una sensación que, no tan curiosamente, también está en Miu Miu, otra de las firmas que más y mejor ha alardeado de medidas cortas. Extremas, en este caso, ya que la cinturilla se coloca a la cadera, en un recordatorio de esas faldas-cinturones de los 2000 que tantas celebridades pop llevaron sin parar en casi cualquier tejido. Puede que no sean el patrón más cómodo del mundo, pero el impacto visual que han causado hace probable que se cuelen en otras marcas más accesibles, algo que también puede pasar con las de Blumarine (de nuevo, con talle bajo), Balmain, que lo mueve para crear un efecto que estiliza la figura, o Loewe, que recurre a la asimetría para añadir contraste a un jersey mullido.
Totum revolutum
El caos está siendo una de las normas estilísticas de algunas de las colecciones de otoño. Un mantra que vuelve a aflorar en primavera 2022: las tendencias marcan unas combinaciones en las que todo, absolutamente todo, está permitido. Se trata de un totum revolutum en el que conviven sin ningún pudor estampado de leopardo con camisas de flores (como en Dolce & Gabbana), cuadros con flores o lunares con motivos geométricos, como es el caso de Paco Rabanne. No se trata de mezclas grunge, sino de alianzas de estampados obligados a casar, pero en estéticas que pueden ir desde lo más setentero a incluso lo futurista y distópico.
Las flores
Pensar en flores en primavera y no retrotraerse al desprecio de la cinematográfica Miranda Priestly en El diablo se viste de Prada (2006) es difícil para quienes hayan visto la película. Pero la opinión de que la obviedad no merece ser tenida en cuenta se pone en entredicho, al menos según los directores creativos. Porque para la próxima temporada hay muchas flores entre las propuestas de las casas de lujo; flores de todo tipo que se asoman sin vergüenza en vestidos (quizás la apuesta más obvia) pero también en abrigos, zapatos o monos, piezas menos evidentes. Dolce & Gabbana las encara desde la sensualidad, mientras que Lanvin desde la delicadeza epatante de los tirantes finos y las faldas voluminosas.
New Age
2022-2023 nos pone en sintonía con la parte más espiritual del guardarropa. Nos referimos esencialmente a una estética muy definida por el movimiento hippie y las combinaciones de colores y estampados muy new age: las prendas con aspecto de haber sido hechas a mano a través de técnicas como el croché o el macramé, en rayas tanto horizontales como verticales, con motivos geométricos psicodélicos y con grafismos que evocan a la naturaleza.
El blanco
Esta puede ser otra tendencia que suene redundante, porque el tono está muy ligado a la imagen del verano y el buen tiempo, a la ligereza que se presupone a esta estación. Pero puede que la necesidad de buscar seguridad y bienestar lleve a explorar territorios ya conocidos y que eso tenga como consecuencia que haya un buen puñado de marcas que se han decantado por incluir looks totalmente blancos entre sus referencias. Y ya se sabe lo que sucede cuando se tiene un look monocolor entre manos: que la atención se pone en las texturas y los patrones, que son los que llevarán a un conjunto hacia una escuela estética u otra.
Las telas satinadas
Es otra plasmación de ese entusiasmo por volver a vestirse que sobrevuela la temporada de otoño-invierno 2021/2022 y que planea hasta la siguiente. Siguiendo con esa ruptura de lo diurno y lo nocturno, las telas brillantes y satinadas se llevan en cualquier momento del día, ¿o no es posible imaginarse yendo a la oficina con el conjunto de camisa y falda plisada de Peter Do o con el vestido minimal de Jil Sander? Incluso con los trajes de chaqueta (que encuentran en estas texturas una manera de reinventarse) de Etro y Fendi, o con la camisa a juego con el pantalón de Gabriela Hearst. Sin embargo, los vestidos siguen siendo la pieza favorita para este tipo de brillo, y así lo demuestran los de Victoria Beckham, Halpern, Roksanda, Prabal Gurung, Erdem, Christian Siriano o Dior.
Adrian Caballero
Diseñador de Alta Costura / Presidente de CIMMAR
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