La nueva normalidad de Miramar tras cien días sin coronavirus
Una caminata por la playa, un café frente al mar, un happy hour con amigos en una cervecería o incluso un asado con la familia podrían sonar como algo impensado, un recuerdo o incluso un conflicto con la ley para muchos habitantes de la Costa Atlántica bonaerense, pero en Miramar, que desde el inicio de la pandemia logró mantenerse como territorio invicto de casos de coronavirus, son un hecho.
La localidad balnearia, ubicada 50 kilómetros al sur de Mar del Plata, es la cabecera del partido de General Alvarado, uno de los distritos bonaerenses que logró ingresar a la Fase 5, pero que además pudo pasar del verano al invierno sin registrar ningún contagio de Covid-19.
Esa marca le permitió poner en marcha con todos los protocolos correspondientes, y "sin bajar la guardia" -como piden desde el municipio-, todas las actividades habilitadas por el gobierno provincial.
Para Verónica Guzmán, porteña de nacimiento con más de 25 años de residencia en la zona, esta ciudad de casi 30 mil habitantes "es como una burbuja" a mitad de camino entre dos grandes núcleos urbanos como Mar del Plata y Necochea, ambos en Fase 4.
La postal respecto de cualquier otro invierno, según explicó, "no es muy diferente": gente paseando el perro por la arena, pescadores, algunos surfers que desafían las bajas temperaturas o jóvenes que se juntan en las cervecerías de la calle 24.
"De por sí, en invierno acá el movimiento baja muchísimo. Al principio de la cuarentena parecía (la serie) The Walking Dead, no había un alma porque la gente respetó mucho las medidas. Ahora podés salir a andar en bici o correr y se ve más gente que estaba necesitando salir un poco, pero por suerte hay suficiente espacio para todos y somos pocos. No es muy distinto de otros años, excepto por los barbijos", contó.
El partido, integrado además por Mar del Sur, Comandante Nicanor Otamendi y Mechongué, cambió el "aislamiento" por el "distanciamiento", en línea con el esquema diseñado a nivel nacional y provincial para las localidades que logren estar 21 días sin nuevos contagios.
Este cambio permitió habilitar reuniones sociales de no más de diez personas -cumpliendo las medidas de distancia social y el uso de tapabocas- así como nuevas actividades comerciales, servicios minoristas, obras de construcción privadas, salidas recreativas en espacios abiertos y el funcionamiento de locales gastronómicos de 7 a 24.
La vuelta de la gastronomía, que debe garantizar 2,25 metros cuadrados para cada comensal, aportó un respiro al sector y es una señal palpable de la "nueva normalidad" para los residentes.
"Al estar cerrado el turismo, que es lo que mueve la aguja los fines de semana, el movimiento es bajo. Pero dentro de lo mal que estamos, poder abrir después de casi 100 días fue un alivio", comentó Carlos Sala, encargado de Golondrinas Café Miramar, una de la confiterías más conocidas de la ciudad.
Sala explicó que "la gente no tiene miedo de entrar", pero "está atenta" a que se cumplan los protocolos -alcohol en gel, trapos de piso en el ingreso, distancia entre las mesas-, y los clientes entienden que no pueden ser más de cuatro por mesa, excepto en casos de "grupos familiares que vivan juntos".
"Anoche tuvimos un cumpleaños, con cinco amigas: dos en una mesa, tres en la otra. En este contexto fue una fiesta y lo pasaron muy bien", contó.
Los locales gastronómicos deben llevar un registro de los clientes y esa información está disponible para el municipio por si es necesario "reconstruir la telaraña de contactos ante la eventual aparición de un caso", detalló el intendente local, Sebastián Ianantuony.
El jefe comunal destacó "el esfuerzo y la responsabilidad mostrada por los vecinos en estos cien días, e incluso desde antes. En Miramar vemos una muestra palpable de la nueva normalidad, con circulación libre, comercios abiertos, y confianza en la ciudadanía. Nuestro gran aliado es el vecino y el comerciante, que entiende mejor que nadie la importancia de no relajarse, de seguir siendo cuidadosos con los protocolos".
Uno de los desafíos en el distrito, aseguró, es la circulación con otras jurisdicciones y también entre las localidades del propio partido. "Tuvimos que poner combis dos veces por semana entre Miramar y Mar del Sur, por ejemplo, para que no quede aislada. Y entre las demás ciudades del partido sólo está permitida la circulación de vehículos para trabajadores esenciales", explicó.
El tránsito por las rutas 11 y 88, los dos principales cordones umbilicales de General Alvarado, también es otro desvelo de las autoridades, y por eso en los accesos hay retenes con controles de temperatura, la aplicación de sanitizantes y pruebas de olfato.
En cuanto a los deportes habilitados, por otra parte, además de exigir las medidas de distanciamiento, el Municipio impulsó el uso de aplicaciones desarrolladas a nivel local, que permitan saber quién y cuándo está practicando skate, surf, o golf, mientras que aquellas disciplinas de contacto y grupales, como el rugby, el hockey o el fútbol siguen restringidas.
"Lo importante en esta Fase 5 es entender que seguimos en cuarentena, que no podemos relajarnos ni hacer una fiesta con 20 amigos, porque tenemos que ser conscientes de que esto es un gran paso, pero esto no terminó", dijo el intendente.
En ese sentido, subrayó que, "hoy, la situación es esta, pero la legislación es clara: si llega a existir un solo caso, volvemos para atrás".