La pastoral social convocó a una oración para pedir por trabajo
Este mediodía, se realizó la oración por el día del trabajo en la cooperativa Nuevo Amanecer, ubicada en Tierra del Fuego y Luro. La bendición fue realizada por el vicario de la diócesis, presbítero Luis Albóniga, en representación del obispo Gabriel Mestre que está en Roma con motivo de la Visita Ad Limina. Como es tradicional, la pastoral social de la diócesis promovió el encuentro del que participaron trabajadores de la cooperativa, de otras cooperativas de la ciudad, representantes políticos, sindicales y empresarios.
“Quiero agradecerles la presencia a todos, cada uno de los que está acá, sabe lo que significa ser trabajador, y especialmente lo importante que es la bendición de esta cooperativa, que se inició exactamente en este espacio físico en el que estamos parados. Mis compañeros son ejemplo de lucha que con su mano hicieron crecer este fenómeno que es la cooperativa de trabajo que es el Nuevo Amanecer. Esta es nuestra fuente de trabajo, que en un momento la perdimos y nosotros mismos la recuperamos para sostener y demostrar que es viable el trabajo digno”, manifestó Fabio José Pandiani, presidente de la cooperativa Nuevo Amanecer quien recibió a todos los presentes.
Por su parte el padre Luis Albóniga, al tomar la palabra, agradeció a todos los presentes, a los trabajadores y transmitió el saludo de monseñor Gabriel Mestre, “padre, obispo y pastor que no está en persona pero sí espiritualmente presente. Hoy en un día muy especial en el que se encontró con el Papa Francisco, en Roma”.
“En este acto y en esta oración al Creador queremos invitarlos a no perder la esperanza, a no desanimarse; a ser trabajadores que apuestan por el bien común, por cada familia, por la comunidad, por la Patria. Nos edifica la creatividad de los trabajadores del “Nuevo Amanecer” que nos reciben en su casa y que, como su nombre lo indica, invitan a levantar la mirada confiados en las capacidades que Dios ha depositado en cada trabajador”, resaltó Albóniga.
“El Papa ha dicho ayer que la falta de trabajo es una tragedia mundial. Nuestro país no es la excepción y tampoco nuestra ciudad, y por eso necesitamos apostar por la unidad y por el diálogo, tender puentes, asumir compromisos serios, renovar la creatividad para que, en un contexto de crisis trabajemos incansablemente por generar una cultura del encuentro que supone e integra una cultura del trabajo. La cultura del encuentro supone: superar los intereses individuales o de partido, de grupos e ideologías, para generar las condiciones donde cada persona pueda dignamente llevar el pan a su mesa y la educación a sus hijos. Desarrollar una sensibilidad que busque rescatar, ante todo, el valor de cada persona y que reconozca la necesidad imperiosa de que todos puedan realizarse mediante un trabajo digno, en condiciones dignas. Transcender las diferencias que nos enfrentan y nos lastiman, impidiéndonos vivir en la justicia y en la paz para construir juntos una patria de hermanos”, enfatizó el vicario de la diócesis.
Finalmente pidió que "Dios nos ayude a no estar tranquilos y cómodos mientras haya hermanos que no tienen acceso a un trabajo digno, que nos arda el corazón en tanto haya hermanos que permanecen en la pobreza y que comprometa nuestros esfuerzos para que todos puedan experimentar la alegría de partir en familia el pan ganado con el sudor de su frente. Que con nuestras manos y nuestras mentes, con la rectitud en nuestros corazones y conciencias, podemos generar algo nuevo, con la ayuda de Dios, aun en medio de las crisis”.
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