La renuncia de Liz Truss desnuda una grave crisis política
La previsible renuncia de la primera ministra Liz Truss es la consecuencia de una crisis política y económica que aún no tocó fondo en el Reino Unido. Con un Partido Conservador dividido y una sociedad que empieza a tomar medidas extremas en su consumo diario para enfrentar una inflación de más del 10% anual y aumentos drásticos de los servicios esenciales, muchos Tories vuelven a mirar con buenos ojos el regreso al poder de Boris Johnson.
“La gran sorpresa es que todo el mundo está hablando de Boris Johnson. Tiene mucho apoyo interno. Los conservadores ya se han olvidado de sus escándalos y tiene un buen respaldo”, dijo el periodista británico y docente de Comunicación de la London Metropolitan University (London Met) Daniel Schweimler.
Ahora el Partido Conservador tiene hasta el viernes 28 para elegir a un nuevo líder que asuma como premier en reemplazo de la renunciante Truss. Nadie habla de elecciones anticipadas porque sería una batalla perdida ante un creciente descontento popular por la marcha de la economía. La situación es tan grave que, según un sondeo de la consultora Wich?, millones de británicos se saltan comidas por culpa del aumento de los precios, sobre todo de los alimentos.