La seguridad como bandera y 84 muertes en 31 meses
El crimen de Martín Mora Negretti, a metros de una reconocida zona comercial muy concurrida, en un fin de semana largo. La muerte de Lele Gatti, en Playa Grande, en las puertas de una temporada de verano. Dos hechos emblemáticos que enlutaron la ciudad y que, por peso específico, requirieron la atención de los medios Nacionales. Es Mar del Plata, y todo lo que aquí ocurre, repercute para mal.
La jornada del domingo despertó a la ciudad con una temperatura baja, miles de turistas programando sus paseos por el fin de semana largo y, en muchos casos, los programas que incluyeron la celebración por el Día del Padre.
Pero una muerte tapó todo. La puñalada que recibió Martín Mora Negretti en Sarmiento y Rawson a la madrugada, en el día de su cumpleaños, resultó de alto impacto social y mediático. Fue atacado por 4 personas que bajaron desde un departamento. El resto ya se conoce, y también las múltiples repercusiones que comenzaron a aparecer desde este lunes.
Mientras el intendente Guillermo Montenegro encabezaba un acto por el Día de la Bandera en una plaza y se lo veía, a los ojos de los presentes y los medios convocados para la cobertura junto a los jovencitos que juraban la bandera, en la misma ciudad, una familia estaba devastada por la muerte de un joven de 30 años. Un joven marplatense con proyectos, estudios y una vida por delante. Lo mataron. A sangre fría.
Si bien pasado el mediodía (y tras recibir críticas del padre de Martín en los medios locales y nacionales de cobertura del caso en la puerta de la cochería Roldán) Montenegro fue a saludar a la familia, unos pocos minutos después apareció en el Mercado Comunitario Central para saludar a los fomentistas en su día que se reunieron para comer un asado. "No se lo veía acongojado", describió un representante barrial presente en el evento a este medio.
Como jefe político de la ciudad quizás debió no solo decretar un par de días de duelo sino interrumpir toda actividad política tras pasar por avenida Luro y la vía.
Cuando los objetivos desde el despacho comunal apuntan a temas como ordenar la calle y el tránsito con medidas vía decreto de seguridad vial (cuestionado por sectores de la oposición como fin recaudatorio), la zona roja, y avalando la llegada de las aplicaciones, la seguridad queda muy lejos de las necesidades de la gente que eligieron a Montenegro para combatir tal fin. Esa fue su bandera en la campaña. Y hoy no está en la agenda del Intendente.
Desde el 2020 hasta acá, son 80 las muertes en Mar del Plata y Batán. Pero a poco de haber asumido el 10 de diciembre de 2019, 6 crímenes se sumaron en el cierre de ese año para la conducción política del Intendente.
Emblemáticos casos como el de Aramayo, asesinado a golpes; o el de Jordana Belén Rivero, arrojada desde un 7mo. piso; o el de Claudia Repetto que tuvo en vilo a la ciudadanía, tampoco deben olvidarse.
Para controlar la seguridad local, además de su buena relación con el ministro provincial Sergio Berni, Montenegro colocó a personas de confianza. Priorizó eso por encima de cualquier marplatense que tuviera condiciones para ocupar el cargo.
Las muertes del DJ Lele Gatti mereció la tapa de los diarios de tirada Nacional más importantes. La de Mora Negretti no quedó más atrás en la consideración. Dos familias que aún no encuentran respuestas y se preguntan: ¿Qué piensa hacer el Intendente más allá de acompañar el dolor?.