Las dos caras del hambre
Es importante saber que existen y cómo diferenciarlas para mantener el peso en equilibrio y evitar conductas abusivas con la comida.
¿Cuántas veces hemos dicho?:- “Tengo hambre todo el tiempo”, “Me hace ruido la panza del hambre”, "Comería todo lo que se me cruce", "Me duele la cabeza del hambre".
Todas estas frases se relacionan al hambre propiamente dicho, pero hay diferencias. No todas las frases se refieren al mismo tipo de hambre.
“Es bueno saber diferenciar el hambre real del emocional, ya que ambos se tratan de diferente manera, y muchísimas veces uno empieza a hacer dieta sin tener en cuenta esto que es súper importante, porque el hambre emocional y el real, con las dietas aumenta y se hace cada vez peor”, explica la licenciada en nutrición Agustina Murcho.
Ahora bién, veamos las características que presentan los dos tipos de hambre:
Hambre real: es el hambre fisiológico, la falta de comida que se da por no comer por varias horas y por comer de manera insuficiente. El cuerpo empieza a manifestarlo con dolor de cabeza o de estómago (como dice la frase), o con la sensación de “hambre” que es difícil de describir pero todos lo tenemos, o con el típico mal humor de “hambre”. La solución es comer, nada más que eso. Se come, el estómago manda la señal al cerebro de qué hay comida, y tema solucionado. En estos casos, comeríamos cualquier cosa, desde una ensalada a una milanesa con puré, porque lo que necesitamos es calmar esa sensación.
Hambre emocional: el más difícil de combatir, este tipo de hambre hace que tengamos hambre “todo el tiempo” y que nada nos llene, porque el cerebro utiliza a la comida para evadir problemas, emociones y pensamientos. Suele darse con atracones, comidas de mala calidad, comer de más o picoteos. Se debe hacer tratamiento nutricional, psicológico y si es necesario, psiquiátrico, ya que solamente con nutrición no alcanza, porque el problema de base no es la comida sino las emociones. Es un trabajo muy duro, lleva su tiempo, pero se puede salir.
“Esto es importante saberlo para saber cómo tratarse. Pero siempre deben tratarlo con un profesional que tome en cuenta estas cosas y lleve a cabo un plan adecuado para la situación de cada uno”, agrega Murcho.
Recomendaciones para controlar la ansiedad:
- Evitar los alimentos procesados y darle prioridad a las frutas, verduras, carbohidratos complejos y proteínas.
- Realizar entrenamiento de fuerza con frecuencia.
- Alejarse de ambientes de comidas rápidas.
- No asistir a reuniones o eventos sociales con mucho apetito. Es conveniente comer antes un yogur o una fruta.
- Moderar las porciones.
- Tomar abundante agua.
- Dormir ocho horas diarias.
- Estar activo todos los días.
- Olvidarse de las dietas restrictivas.
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