Leonel Ávila: "Nunca me había subido a un avión y ahora soy campeón, fue todo una locura"
El boxedor marplatense que se consagró Campeón Internacional Juvenil CMB habló con Marca Deportiva sobre la gran experiencia que vivió en Alemania.
Mar del Plata volvió a tener un campeón. La tarde del sábado 16 de marzo quedará grabada en la historia del boxeo de la ciudad. Leonel Ávila viajó por primera vez fuera del país y ganó por KO en la segunda vuelta ante Max Suske en Alemania para consagrarse campeón Internacional Juvenil del Consejo Mundial de Boxeo en categoría SuperMediano.
Las complejidades de este logro son múltiples porque no es muy frecuente ganar en Europa, mucho menos en Alemania y aún menos en la primera presentación fuera de Argentina. "Estamos viviendo una locura", le confesó "Fachín" a Marca Deportiva. Lo que está atravesando será inolvidable: "Pasó algo hermoso y pudimos hacer mucho ruido, en Mar del Plata y en Argentina. Para mí fue todo nuevo. Nunca experimenté lo que había sido un vuelo, no había tomado un avión ni salido del país en mi vida. Estuvimos casi un día completo de viaje con dos vuelos hasta llegar a la ciudad donde se hacía la pelea. Trataba de disfrutar todo lo que se fue dando. Estábamos cumpliendo un sueño que era viajar y pelear por una chance mundialista".
Pudo llegar con un par de días de anticipación para recorrer la pintoresca Sarslund donde pasó algo que ni siquiera ha vivido en Mar del Plata: "Quedé un poco impactado con el hecho de caminar por la calle y ver los carteles con mi cara. Se generó algo muy lindo, salíamos a comprar cosas y la gente nos preguntaba si éramos lo que íbamos a pelear con Suske porque había carteles por todas partes. Había mucha expectativa en el evento. Me dio mucha emoción", explicó.
Después llegaba el momento de subir al cuadrilátero y demostrar todo lo que podía dar. El contexto no era sencillo: "Fernando Sosa, mi entrenador, estuvo conmigo ayudándome a no desconcentrarme, eso se lo agradezco. Se sentía mucho la localía de Suske porque había gente con remeras y banderas suyas...el circo estaba armado para él. Veníamos hablando con Sosa que no habíamos venido a pasear, había que salir decidido a pelear. Tuve esa mentalidad ganadora, sentí esa carga de representar a mi ciudad y mi país. Eso me llevó a sacar lo mejor mío, me sentía fuerte y nada podía salir mal. Con el 1-2 le hacíamos daño, cuando lo empecé a conectar, sentía las manos y me fui soltando", señaló sobre el inicio de la pelea.
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Fueron sólo dos rounds. Ya en el segundo conectó una mano que lo llevó al piso pero el árbitro decidió que sólo era un "resbalón", pero podía pasar peleando como visitante. El destino quiso que, al no darle la cuenta de protección, el combate siguiera y encontrara la mano de KO con el local notablemente sentido. "Cuando se levantó de esa primera caída me di cuenta que estaba mal y salí a presionar. Sentí que ya estaba KO, fue una mano de poder. Él se cae y parecía que el árbitro lo quería levantar. Me pasaban muchas cosas por la cabeza, pensaba que se podía levantar, fue mucha emoción", dijo sobre el momento de la consagración. Después...sólo silencio; "no volaba una mosca cuando bajamos del ring. La cara de los alemanes era terrible", recordó.
Son momentos que se pasan muy rápido pero tienen una intensidad que generan una cicatriz en la mente y en el corazón casi de manera inmediata. "Se me pasaron muchas cosas por la cabeza, fue un momento de una sensación muy linda que genera ver el cinturón. Tanto sacrificio, muchos años de lucharlo y de soñarlo. Todos los boxeadores queremos ser campeones y más del mundo, era algo inexplicable cuando veía el cinturón puesto. Tenía mucha emoción y orgullo. Fue todo una locura", comentó emocionado.
Una pelea de esta magnitud, en un lugar donde fue de punto y con un KO tan impactante hace que ahora la carrera de Ávila sea realmente incierta, pero con grandes oportunidades por delante. "Previo a este combate firmamos un contrato con dos defensas obligatorias con esa promotora. Habrá que ver que es lo que sigue. El título lo tenemos que defender y trataremos que se quede en Mar del Plata".
Con 23 años ha ganado un lugar de privilegio que no hace más que exigirlo aún más para el futuro. Se campeón y defender una corona es mucho más exigente que ir de retador y por eso, sabe que tendrá que seguir subiendo su propia vara. Mientras tanto, cada noche cuando vuelve a su casa, lo espera el cinturón de campeón.
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