Lilita Carrió: "Yo no estaba hablando mal de De la Sota"
La frase de Elisa Carrió en Córdoba sobre la muerte de José Manuel De la Sota sigue retumbando en la política argentina. No solo en esa provincia, donde el candidato a gobernador de la UCR Ramón Mestre comparó esas palabras con el cajón de Herminio Iglesias, sino también en el Congreso.
Tal como había prometido antes de salir de gira política, la líder de la Coalición Cívica regresó para la sesión y fue objeto, tras su exabrupto, de múltiples cuestionamientos por parte de sus pares de la oposición. “Es una gracia de Dios que me acusen”, los cruzó.
"Si yo soy creyente y ustedes no me creen, no es mi culpa. Yo no estaba hablando mal de De la Sota, porque incluso lo conocía. De lo que estaba hablando es del narcotráfico en Córdoba y ahí todos se callan y nadie habla", lanzó.
Las peleas se dieron en medio de un homenaje de la Cámara Baja al expresidente Raúl Alfonsín. Allí, Lilita pidió la palabra y se definió como su “hija rebelde”. Eso ya despertó murmullos en las bancas opositoras.
“A veces me odiaba, a veces me abrazaba, pero al final estuvimos todos juntos el día de su muerto, él te daba la mano y te enternecía”, dijo. Enseguida Araceli Ferreyra comenzó a gritarle desde su banca y Cecilia Moreau pidió la palabra para cruzar a Carrió.
Lo hizo apelando al archivo: desde su teléfono puso play a un video en el que Raúl Alfonsín critica a la líder oficialista y la llama “enemiga de la Unión Cívica Radical”.
“Carrió vino, no porque se arrepienta de lo que dijo, sino porque en Córdoba están en medio de un proceso electoral, es hipocresía. Quiero recordarle lo que Alfonsín pensaba sobre Carrió, porque la mejor forma de homenajearlo y honrarlo es que su pensamiento se convierta en una forma de vida”, sostuvo mientras acercaba sus auriculares al micrófono de su banca para que el recinto oyera la voz del fallecido expresidente radical.
Acto seguido, pidió la palabra Victoria Donda que dijo sentir vergüenza por compartir el recinto con Carrió, a la que acusó de estar durmiéndose sentada. “Estoy acá, estuve con certificado médico, no importa la enfermedad, no soy víctima, tengo la gracia de Dios, como todos, vivos y muertos”, comenzó diciendo.
“Yo tengo inestabilidad emocional desde los dos años, ya lo dijo mi padre cuando me fui de mi casa: 'Esta chica es ingobernable'. Así que, no tienen que decirlo más, ya lo dijo Aníbal Fernández, ya lo dijo Alfonsín, porque cuando uno no obedece a los hombres esta loca”, siguió, mientras Araceli Ferreyra le gritaba “servicio” y otras palabras subidas de tono.
En medio de la tensión, Carrió cerró su discurso: “Es una gracia de Dios que me acusen, que ustedes me acusen es la mayor gracia, su acusación me hace llevar puntos para el cielo”.
Clarín
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