“Lo que busco es que mis vinos sean un reflejo del lugar”
El ingeniero agrónomo Leandro Ruiz es propietario de Finca La Baguala. En broma, confió: “Queríamos que nuestros vinos se parecieran a otros, pero afortunadamente no lo logramos”.
A lo largo de tres hectáreas en Barreal, departamento de Calingasta (San Juan), se extienden los viñedos de Finca La Baguala, un espacio familiar donde se cultivan variedades como Malbec, Torrontés y Criolla, con prácticas agroecológicas que evitan el uso de herbicidas y utilizando agua de deshielo de la Cordillera de Los Andes para el riego. En definitiva, se trata de sostener una de las máximas de su propietario, el ingeniero agrónomo Leandro Ruiz: “Que mis vinos sean un reflejo del lugar”.
La finca, que comenzó a plantar viñedos en 2010-2011, se ubica en un valle cordillerano, abrazado por la precordillera y la Cordillera de Los Andes, un pequeño pueblo a unos 200 kilómetros de Mendoza. “He vivido entre San Juan y Barreal desde siempre, por razones familiares y también porque aquí no hay universidades”, comentó Ruiz en diálogo con De boca en boca, por Radio Mitre Mar del Plata.
Para Ruiz la vida universitaria es clave en su vida. “Todo empezó en la facultad. Ahí empecé a experimentar con el vino. Después de graduarme en 2010, volví a Barreal, planté las viñas en 2011 y me fui un año a Estados Unidos a trabajar en una bodega. A mi regreso, empecé con mi propio proyecto: La Baguala”, comentó.
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En cuanto al nombre de su finca, destacó que proviene de un vocablo que alude a lo salvaje, lo indomable: “Y así es la finca y, en cierta medida, también mis vinos”.
Sobre lo que distingue a su producción, Ruiz indicó que “más allá de la marca, lo que busco es que mis vinos sean un reflejo del lugar. Nos adaptamos a la finca, que es diferente cada año, y respetamos esa singularidad. Si hasta vienen con tierra de aquí, de Barreal. Buscamos que todo, hasta el material de las vasijas, refleje la esencia”.
El productor destacó además que son vinos naturales, sin sulfitos en los blancos, que si bien “son conservantes permitidos por el código alimentario, protegen el vino, son antioxidantes”, en el caso de La Bagual prefieren no usarlos: “Empleamos diversas herramientas y técnicas para extraer de la uva todo lo que pueda actuar como antioxidante natural”.

Y gracias a este proceso, señaló, se logran “vinos que evolucionan mucho”. Para eso utilizan levaduras autóctonas del campo, con lo cual buscan que sean vinos “secos, con buena acidez” y también se usan huevos como estabilizador: “Es una técnica que permite una microoxigenación natural, lo que contribuye a redondear los vinos y darles más complejidad”.
Obviamente que a lo largo de los años la tecnología modifica los procesos productivos. Precisamente Ruiz destacó que “todo ha cambiado mucho, al principio llegamos con los libros de la facultad y una visión más convencional. Queríamos que nuestros vinos se parecieran a otros, pero afortunadamente no lo logramos”.
“Este lugar es mágico, y adaptarse a esta vida de montaña es muy gratificante. Hay mucha cooperación y camaradería entre los amigos y vecinos”, resaltó Ruiz como una manera de demostrar el placer que le genera desarrollar su producto en esa región.
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