Los beneficios de andar descalzo
La Instructora de Meditación y Astróloga Monika Correia Nobre sostiene que no usar zapatos mejora nuestra capacidad de movimiento real frente a las experiencias de la vida en general.
Naturalmente nos resistimos a usar zapatos, los que han tenido contacto con niños pequeños saben lo difícil que es lograr que se dejen puestos los calzados por más cómodos y lindos que sean. El instinto les pide andar descalzos.
Pero como humanos civilizados, sobre todo de este lado del mundo, hemos ido perdiendo ese instinto natural y habitualmente solo nos permitimos el encuentro entre el pie y el suelo durante las vacaciones. Ya sea como medida de seguridad o como forma de distinción social y profesional, la civilización pide zapatos.
Y son las mujeres las que más los sufren, vemos como a medida que van creciendo y si quieren estar más arriba en la escala social deberán hacer más notoria la distancia que las separe del suelo usando zapatos con tacos y plataformas cada vez más altos con sus adicionales de dolor, lastimaduras por roces, amontonamientos de los dedos del pie, esguinces y todo tipo de dolencias.
Pero la unión con la Tierra, que es sagrada y sanadora, debe restablecerse en algún momento del día. En el encuentro con uno mismo a través de la meditación o de ejercicios de relajación se necesita estar sin zapatos y no hay lugar a discusión ya que es indispensable la libertad plena del experimentar descalzos como hemos llegado a la Tierra y más allá de la sensación de alivio y bienestar que sentimos con los pies libres, existe una enorme e invisible cantidad de hechos que ocurren en nuestro organismo por andar descalzos. Muchos de esos beneficios están en relación con la cualidad electromagnética delos organismos biológicos.
Mirándolo desde el lado científico se sabe que tenemos una cantidad de campos electromagnéticos y de hecho contamos con estudios habituales como el electrocardiograma que nos brinda información sobre uno de esos campos que tienen que ver con la salud. Probablemente en el futuro se podrán leer o medir con algún estudio médico la cantidad de electrones nocivos para la salud circulantes en el organismo.
Mientras tanto podemos observar los resultados del alto nivel de contaminación electromagnética a la que estamos siendo sometidos en las poblaciones urbanas. Estas dañan de manera efectiva el ADN provocando mutaciones en la información que transmiten y que tarde o temprano derivan en enfermedades, debilitan el sistema inmunológico, provocan envejecimiento prematuro de las células, estrés y procesos inflamatorios.
El Dr. James Oschman, Licenciado en Bioquímica y doctor en Biología por la Universidad de Pittsburgh tiene varios escritos sobre el tema de la importancia de andar descalzos para nutrirnos con electrones negativos a través del contacto con la superficie de la Tierra, estos son muy necesarios para restablecer el equilibrio del cuerpo. Oschman dice que “Muchos de los males que nos ocurren no deberían existir, pero existen porque nos hemos desconectado de la Tierra, poniendo un pedazo de goma y de plástico en la parte inferior de los zapatos.”
Nuestra piel es un excelente conductor eléctrico y el mejor lugar para conectarse es justamente el centro del pie, un punto muy conocido en la medicina china que naturalmente nos causa mucha relajación y placer cuando lo masajeamos.
Este es el mejor lugar del cuerpo para hacer una saludable “descarga a tierra”. En las ciudades muchas personas pasan todo el día calzados y a menudo trabajando en lugares alfombrados rodeados de computadoras que los llevan a manejar grandes cantidades de estática: la ropa cruje, se sacan chispas con los picaportes de las puertas o al darle un beso a alguien. Cuando eso pasa llego el momento de sacarse los zapatos y abrazar un árbol.
Si vivimos o trabajamos en un piso alto de un edificio, con más necesidad debemos ir a una plaza a conectarnos con la tierra ya que el campo electromagnético que existe en la superficie de contacto en el suelo se modifica a medida que va ganando altura, cuanto más lejos estamos de la superficie terrestre más dificultades tenemos para hacer nuestra “descarga a tierra”.
Caminar descalzos mejora la capacidad de movimiento real frente a las experiencias de la vida en general. Los dedos de los pies nos afirman en cualquier circunstancia y con la mayoría de los zapatos disminuimos nuestro “agarre” a la vida. A través de los pies tomamos información del mundo que nos rodea, de alguna manera la conciencia entra en contacto con la realidad y abrir los dedos de los pies nos permite captar esa información.
También ayuda a que tengamos una buena relación con la fuerza de gravedad, ese no es un tema menor ya que muchos dolores de espalda tienen su nacimiento en zapatos que cambian el punto de equilibrio del cuerpo y obligan a caminar haciendo más fuerza de la necesaria.
El lugar ideal para hacer descarga a tierra es lógicamente la tierra misma, pisar con pies desnudos la naturaleza: el pasto, la arena, la tierra o las piedras, si están húmedas mejor como la orilla de un lago, el río o el mar, o el césped mojado. También abrazar árboles con los pies desnudos. Pero andar descalzos en casa puede ayudar bastante y si el piso es de madera mejor.
Lejos de las modas de Hollywood podemos observar el andar descalzos en los diferentes caminos espirituales como símbolo de humildad y unión con lo divino, en las prácticas de Yoga o de distintas artes marciales, en los momentos de oración de musulmanes, budistas y en órdenes cristianas como las Carmelitas descalzas o simplemente en la imagen de los angelitos, que jamás usan zapatos.
Desde el ámbito de la meditación el andar descalzo es básico para la toma de fundamento, ese enraizar en la vida desde los pies nos permite expandir la conciencia equilibradamente. Osho contaba sobre un maestro espiritual de la India que no recibía a ningún alumno que no supiera “respirar” por los pies, haciendo hincapié en esta necesidad natural de anclar la conciencia del mundo espiritual, en el ahora de la vida cotidiana, en la Tierra.
Las tradiciones de pueblos originarios reconocen lo sagrado de la Tierra que habitamos y es en esa comprensión donde el contacto de los pies con la Tierra transforma a la persona y lo hace uno con el Cielo y le trae el recuerdo de que también somos sagrados como la madre que habitamos.
Las ventajas de andar descalzo y “descargar a tierra” son muchas:
- Beneficia el ritmo cardíaco, mejora la circulación y regula la presión sanguínea.
- Disminuye los procesos inflamatorios.
- Aumenta las defensas frente al estrés.
- Elimina la contaminación electromagnética indeseada.
- Mejora el rango del movimiento físico.
- Equilibra el cuerpo y el movimiento de la espalda.
- Fortalece la creación del territorio de liderazgo.
- Permite aumentar el “agarre“ a la vida.
- Mejorar la creatividad.
- Da libertad para Ser naturalmente uno.