Los beneficios de las máscaras faciales
Vienen en preparados diferentes y para cada tipo de piel se requieren diversos activos.
Las máscaras faciales son uno de los pasos clave en una rutina de limpieza profunda y además de aportar muchos beneficios a la piel favorece la relajación del cuerpo.
Son sustancias cosméticas que se aplican en el cutis y pueden manifestarse en forma de gel, crema, polvo, etc.
Generalmente se aplican en forma homogénea en todo el rostro y se dejan actuar entre 15 y 20 minutos.
Una máscara para cada tipo de piel
Los beneficios para cada piel vienen determinados por los ingredientes activos de la mascarilla facial.
- Pieles grasas: máscaras secativas, seborreguladoras y de carbón activado son las indicadas.
- Pieles secas: máscaras hidratantes con activos como elastina, colágeno, hialurónico, también se pueden potenciar con las de tela.
- Pieles con rosácea: máscaras refrescantes con activos como caléndula, manzanilla, té verde.
- Pieles fotoenvejecidas: requieren máscaras anti age con antioxidantes, vitaminas A, E, retinol, vitamina C, etc.
- Pieles con manchas: necesitan activos que unifique el tono de la piel como uva ursi, vitamina C, emblica, tranexámico, etc.
Beneficios de las máscaras faciales
- Limpian las impurezas del rostro.
- Exfolian la piel y destruyen las células muertas
- Hidratan las pieles secas a través de los nutrientes que cubren la cara
- Purifican la epidermis y generan oxigeno nuevo al rostro
- Generan luminosidad y rejuvenecen aspectos faciales de nuestro rostro.
Frecuencia en las aplicaciones
Las especialistas en cuidado de la piel recomiendan no aplicar mascarillas más de una vez por semana para potenciar sus efectos y el resto de los días seguir con cuidados de limpieza e hidratación tanto en la mañana como en la noche.
La aplicación diaria de una máscara genera acostumbramiento en la piel y sus beneficios no son tan buenos como en el caso de las que se aplican una vez a la semana o cada quince días.
El uso de máscaras faciales no reemplaza los cuidados diarios ni tampoco la aplicación de protección solar que tiene que tener al menos un factor 30 y en pieles más blancas con tendencia a mancharse de 50 o más.