Los diez países con más fetiches digitales: un fenómeno que crece en todo el mundo
Como cualquier aspecto de la sexualidad humana, son complejos, multifacéticos y profundos. Comprender su origen y expresión es clave para desarmar prejuicios y fomentar una vivencia plena, responsable y respetuosa del deseo.
La exploración de prácticas sexuales alternativas ha crecido notablemente en los últimos años, especialmente a través del universo digital. Así lo demuestra un reciente estudio de la aplicación de citas especializada en BDSM y fetichismos, KinkD, que analizó más de 426.000 registros realizados durante 2023.
En términos generales, un fetiche sexual es una fijación erótica o excitación vinculada a objetos, partes del cuerpo, situaciones o prácticas específicas que no están necesariamente ligadas al acto sexual tradicional. Los fetiches pueden variar ampliamente: desde el uso de determinados tipos de ropa o materiales, hasta dinámicas como la dominación y la sumisión (BDSM), el bondage o la estimulación sensorial.
Lejos de ser una rareza, muchos especialistas coinciden en que los fetiches forman parte de una sexualidad diversa y saludable, siempre que se practiquen entre adultos, de manera consensuada y segura.
Según los datos, los cinco países con mayor cantidad de usuarios interesados en este tipo de prácticas son:
- Estados Unidos
- Reino Unido
- Canadá
- Alemania
- Australia
- Brasil
- India
- Países Bajos
- Francia
- España
Argentina no figura entre los diez primeros países en este ranking. Aunque no se proporciona su posición exacta, su ausencia en el top 10 sugiere que su participación en la plataforma es menor en comparación con los países mencionados.
¿Por qué crece el interés?
La expansión de plataformas digitales que permiten a las personas explorar su sexualidad sin tabúes y en entornos seguros ha sido clave en este fenómeno. Aplicaciones como KinkD brindan un espacio libre de prejuicios para quienes desean conectar con otros usuarios que comparten sus mismos intereses o curiosidades.
Además, el avance de discursos sobre diversidad, consentimiento y libertad sexual también ha generado una mayor visibilidad y aceptación de prácticas que, hasta hace no mucho tiempo, se consideraban marginales o estigmatizadas.
¿Por qué surgen los fetiches sexuales?
Los fetiches sexuales han sido objeto de estudio durante décadas dentro del campo de la psicología. Lejos de considerarse una patología en la mayoría de los casos, los fetiches suelen ser expresiones particulares de la sexualidad humana que pueden tener múltiples orígenes, tanto a nivel individual como cultural.
1. Asociación temprana entre excitación y objeto/situación
Una de las teorías más aceptadas plantea que los fetiches se desarrollan a partir de una asociación entre una experiencia sexual temprana y un estímulo específico. Por ejemplo, si durante la pubertad una persona experimenta excitación en un contexto particular —como ver ciertos materiales, texturas, prendas o comportamientos—, el cerebro puede vincular ese estímulo con placer sexual. Esta conexión puede consolidarse con el tiempo hasta convertirse en un patrón.
2. Condicionamiento psicológico
Los fetiches también pueden desarrollarse a través del condicionamiento clásico. Así como el perro de Pavlov asociaba una campana con comida, una persona puede asociar estímulos no sexuales con placer erótico si estos coinciden de manera reiterada con momentos de excitación o satisfacción.
3. Exploración de control, poder y vulnerabilidad
Muchos fetiches están vinculados al deseo de asumir o ceder el control, como ocurre en prácticas BDSM. Desde esta perspectiva, el fetiche no solo responde a una atracción por objetos o situaciones, sino que también cumple una función simbólica: el uso del poder, la entrega, la contención o incluso la transgresión de normas pueden representar una vía de liberación emocional o catarsis para quienes los practican.
4. Refugio frente a la represión
En entornos donde la sexualidad está fuertemente reprimida o estigmatizada, los fetiches pueden representar un espacio de libertad y fantasía. La mente busca salidas creativas o alternativas para canalizar el deseo. En este sentido, los fetiches no son desviaciones, sino estrategias adaptativas para vivir la sexualidad de forma segura, placentera y controlada.
5. Influencias culturales y digitales
El acceso a contenidos diversos a través de internet también ha tenido un rol clave en el auge de los fetiches. La hiperestimulación visual, la normalización de ciertas prácticas y la posibilidad de explorar sin exponerse físicamente permiten que muchas personas descubran intereses que quizás antes ni sabían que tenían.
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