Luis Alberto Spinetta: la primera guitarra, fanatismo por River y su talento en el dibujo
Luis Alberto Spinetta murió el 8 de febrero de 2012 a los 62 años. Pero mostró su talento desde que era muy pequeño. Él mismo recordó sus primeros pasos en escena.
“Yo era una especie de showman que hacía monigotadas y las delicias de mis tíos. Inclusive me llevaban a otras fiestas para que cantara. Me daban manija. En especial un par de tíos que me peinaban con gomina, con el pelo muy chato, tipo Rodolfo Valentino, y me pedían que cantara algunos de los tangos que había aprendido”, describió este artista genial argentino.
Spinetta creció en un ambiente donde la música estaba presente. Su papá había sido cantante de tangos. “Si bien nunca fueron padres castradores ni pretendieron convertirme en un moje evidentemente había una influencia de ellos para que yo fuera un joven universitario o un estudiante brillante”, recordó el música en una entrevista con la revista Pelo, en 1976.
“Por el otro lado estaba la poesía, la música, los sentimientos extremos, en un campo de libertad total. Ellos no estaban muy convencidos de que yo fuera músico, pero tenían un atisbo de que alguien podría pasar. Estuvieron presentes en el primer show de Almendra, en el Di Tella, y a partir de ahí me dieron su apoyo”, agregó entonces.
Spinetta agregó: “Luego se darían algunas simbólicas paradojas, como que un día me corté el pelo y mi mamá me dijo: “Por qué te cortaste? Tan bien te quedaba”. Un año antes, cuando el pelo comenzaba a asomar sobre mis orejas, ya venía el serrucho”. Fue en esa casa donde se dio la reunión de Almendra, aquellos primeros ensayos.
Luis Alberto Spinetta y su primera guitarra
Fue una vieja criolla de 1923 que le prestó una familia vecina, Gomezza. Su padre le enseñó algunas cosas, a afinarla, y después se puso a estudiar con Dionisio Visoná, un guitarrista que había acompañado a su padre cuando cantaba.
Spinetta y su corazón de River
Spinetta junto a su familia vivía a pocas cuadras del Monumental. Sus vecinos -que le dieron aquella primera guitarra, tenían un familiar relacionado con el Millonario. “El viejo ‘Machin’ fue muy importante en la historia de River. Fue socio fundador y masajista de equipos gloriosos como La máquina. Él me llevó muchas veces a la cancha a ver partidos o a estar en la concentración con los jugadores”, recordó el artista en el libro “Spinetta Crónica e iluminaciones” de Eduardo Berti.
“Todos sabemos que era hincha de River. Sufría un poco cuando perdía Platense porque su padre, Luis Santiago, era de ese equipo. Su mamá Julia era de Boca”, recordó a La Viola Juan Carlos Giacobino, amigo y representante del recordado artista.
Spinetta y su pasión por el dibujo
Esa sensibilidad que tenía para la música también estaba para en el trazo. “Luis hacía dibujos y era un ávido lector de revistas de historietas tipo ‘Hora cero’”, describió Emilio del Guercio, amigo, compañero de escuela, y también bajista de Almendra. “Cada uno hizo su revista propia durante un tiempo; era como un juego de competencia”, agregó.
Ambos terminaron el bachillerato e ingresaron en la facultad de Arquitectura. Hicieron un curso, pero no aguantaron; al poco tiempo dejaron de cursar. “Enseguida me metí a estudiar Bellas Artes en la escuela Manuel Belgrano, presionado por mi familia y por mí mismo, porque no me había quedado contento con dejar la facultad. Fuimos con Emilio. Yo largué enseguida y él siguió un par de materias más”, describió Luis en el libro “Crónica e iluminaciones”.
“Éramos muy compinches, ya que al conocernos pudimos descubrir enseguida que compartíamos infinidad de intereses, como el dibujo, la música, los libros y el cine”, contó Del Guercio a La Viola hace unos años sobre aquellos años de la juventud donde ambos pasaban horas escuchando discos de Ray Charles, Dizzy Gillespie, Beatles, Rolling Stones, más artistas del folclore como Mercedes Sosa y Cuchi Leguizamón. También estaba el tango de Astor Piazzolla.
El periodista Sergio Marchi, autor del libro “Ruido de magia”, detalló sobre la vida de El Flaco que el cantante dibujó desde muy chico y destacó su estilo especial. “Era el más delirante de todos. Tenía mucha imaginación y humor”, agregó.
Spinetta dibujó importantes tapas, como el primer disco de Almendra (1970), en Pescado Rabioso 2 o en el álbum póstumo Ya no mires atrás. Con el primero hubo un episodio particular ya que lo tuvo que hacer dos veces.
Fuente: TN