Malvinas: cómo la guerra cambió la relación entre Argentina y el Reino Unido
Camila Perochena, historiadora y docente de la Universidad Di Tella, dialogó en CNN Radio en el marco del 40° aniversario de Malvinas y relató el cambio significativo que se produjo en la relación entre Argentina y Reino Unido a raíz de la guerra.
"En la década del 70 la relación entre Argentina y los isleños era más fluida que nunca", explicó en Café con Pepe, con Pepe Gil Vidal, "había un acercamiento diplomático entre ambos países, incluso se discutía la posibilidad de una doble soberanía".
Tras un acuerdo firmado en 1971 entre Argentina y el Reino Unido había vuelos, empresas argentinas instaladas en Malvinas y argentinos e isleños se trasladaban con muchísima más frecuencia de un lugar a otro.
El reclamo argentino sobre las islas data de 1833, cuando fueron invadidas por los ingleses, pero el momento de mayor énfasis empieza en 1930, que se produce ante el crecimiento del nacionalismo en Argentina.
"En 1930 surge en la sociedad civil la idea de que las Malvinas son argentinas y que es necesario recuperarlas y es en ese sentimiento popular que se basa la Junta Militar cuando decide ir a la guerra", precisó.
Además, Galtieri consideraba que les iba a dar mayor legitimidad al gobierno y de hecho al principio lo consiguieron. "Ese punto específico fue el único correcto de todas las especulaciones que hizo la Junta Militar", puntualizó.
"El problema es que ellos creían que podían ganar la guerra, esa fue la mala lectura que hicieron", aseguró.
También estaban convencidos de que Inglaterra no las iba a recuperar, pensaban que no les interesaban. "El segundo mal diagnóstico fue creer que EE.UU. no iba a intervenir", dijo.
La Junta Militar pensó que el acercamiento ideológico con Reagan en relación con la doctrina de seguridad nacional y el anticomunismo iba a pesar más que la relación histórica de aliados que tienen EE.UU. y el Reino Unido. "Esto fue un error estratégico enorme".
En este punto contó que, de hecho, EE.UU. intentó mediar hasta último momento para evitar un enfrentamiento, pero la Junta Militar se mantuvo intransigente e inflexible y no se pudo frenar lo que parecía un "delirio total", sin siquiera tener en cuenta las condiciones en las que se encontraban las Fuerzas Armadas, que no estaban preparadas para esa guerra.
“No sé si eso fue un error de diagnóstico o más bien una ignorancia deliberada, o las dos cosas”, concluyó.