Mar del Plata, dueña del único festival internacional de cine de comedia del país
Por Azul Paci
En tiempos de crisis, la comedia como género se valida a sí misma y demuestra su facultad oxigenadora, medio para la catarsis y la distracción. En Argentina, el humor político se lleva los flashes, pero, más allá de Twitter y las ilustraciones, todavía hay quienes apuestan por el humor en el cine.
Lo que nació como un sitio web con información y crítica de cine en el 2006, se convirtió en un programa de radio, ciclos de proyecciones y, por último, un festival con muestras itinerantes en otras ciudades.
A pesar de estar entre el monotributo social y la categoría A, Funcinema cuenta con seis ediciones en su haber, convocatoria nacional e internacional y forma parte de la pequeña carta de festivales de comedia que existe no sólo en el país, sino a nivel mundial.
“Nos gusta mucho escribir sobre cine y debatir, también hablar, por eso tenemos el programa de radio, informar y ser difusores de lo que pasa con la actividad en Mar del Plata. La crítica de cine en el país es casi una actividad eminentemente porteña. Pero también descubrimos que nos gusta mucho gestar una movida propia con la que, de alguna manera, poner en tela de juicio nuestro propio criterio, no como realizadores, pero sí al menos como programadores o gestores culturales. Así que tuvimos ciclos en diversos espacios de la ciudad como hostels, las salas del Teatro Auditórium o el desaparecido bar Rondó. Y desde 2014 le dimos forma a nuestro emprendimiento más ambicioso: el Festival Internacional de Cine de Comedia”, explica Mex Faliero, programador y director del festival.
Como muchas otras, la historia de Funcinema es una historia de autogestión.
En cuanto al origen del proyecto, Faliero hace un repaso por sus comienzos y recuerda: "Como programadores de ciclos, vimos que había un público que nos siguía y que se sumaba a las propuestas. Por lo tanto, había que ir un poco más allá. Si bien en primera instancia pensamos un diseño de festival medio inabarcable para nuestras posibilidades, descubrimos que podíamos proponer algo más cercano a una muestra y de ahí ir avanzando. La aparición del Museo MAR fue un gran empuje, porque era un espacio que para nuestro incipiente y desconocido festival, resultaba ideal: condiciones técnicas inmejorables y una capacidad justa, no era ni gigante ni muy pequeño".
— ¿Por qué comedia?
— Festivales hay un montón en el país, Mar del Plata tiene los suyos, mejor apuntar a un género que nos permita no perder en la comparación. Y la comedia se dio por decantación porque el género nos encanta, hay muy pocos festivales de comedia ya no en el país si no en el mundo, y organizarlo nos iba a dar gran felicidad. Así fue.
Cuarentena para mí, cuarentena para todos
La convocatoria para la séptima edición del festival se lanzó el año pasado en el marco del 34° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata y, aunque fue sorprendida por ni más ni menos que una pandemia mundial, continúa hasta el 26 de junio. No tuvo la misma suerte el concurso destinado a estudiantes de colegios secundarios de la ciudad que habían presentado este año como una forma de sumar novedades y proyecciones locales, que, por ahora, se encuentra suspendido.
— ¿Cómo sobrellevan la cuarentena? ¿Qué actividades están realizando?
— La cuarentena nos agarró en medio de nuestro proceso de convocatoria para la séptima edición, que es habitualmente la época del año en la que nos dedicamos a ver todo aquello que nos llega. Así que en cierta medida fue óptimo para tener más tiempo para ver los cortos y largos que van arribando. Obviamente con el festival se nos imposibilitó llevar adelante algunas muestras itinerantes que teníamos pensado y estamos viendo de qué manera llegaremos a septiembre, que ha sido nuestra fecha siempre.
— ¿Qué será de Funcinema este año?
— No tenemos mucha certeza de que lo podamos realizar en esa época, por lo que de momento estamos charlando vía redes para tomar alguna decisión a la brevedad. Todos los festivales en el mundo han sido cancelados, algunos hicieron ediciones online. La verdad que por nuestra parte ya contamos con material como para programar la séptima edición, pero no sabremos cuándo la podremos llevar a cabo.
— ¿Cuáles son sus expectativas?
— La verdad que está complicado hoy pensar en el futuro. Nuestra idea, como siempre, es hacer crecer el festival, que llegue a más público y que podamos llevarlo a más ciudades del país y del mundo. No es sencillo con una producción artesanal como la que tenemos nosotros, porque a veces el mundo te exige otra cosa. Pero avanzamos confiados en nuestras decisiones. Por lo pronto, este año teníamos pensado implementar un concurso para estudiantes de colegios secundarios, pero por toda esta situación nuestros planes se arruinaron. Seguramente el año próximo podamos implementarlo, porque nos interesa mucho la generación de público joven, y especialmente un público menos pretencioso y solemne que es el que a veces construyen los festivales de cine. Nosotros apostamos por la comedia y por desacralizar estructuras.