Mar del Plata, representada en una esquina
Fabiana Donnet plasmó su sentimiento por Mar del Plata en la trotadora de su casa y la transformó en un nuevo punto turístico de la ciudad.
Como si fuera poco, la palabra “trotadora” ya es propia de los marplatenses. Pero en el barrio Constitución, precisamente en la esquina de Fray Mamerto Esquiú y Alfonsina Storni, lo llevaron al extremo. Durante la pandemia, en solo siete meses, Fabiana Donnet y su marido convirtieron su distinguida trotadora en un nuevo atractivo de la ciudad, al que se acercan turistas para sacarse fotos y llevarse un recuerdo de su paso por Mar del Plata.
En el suelo, con la misma tiza que utilizaba para escribir pizarrones en sus días de docente, pegamento y cerámicos, recreó seis de las figuras más emblemáticas de la ciudad, entre ellas el faro, un lobo marino, un barco de pesca, el ARA San Juan, el edificio Havanna y el Casino Central, a las que adornaron con la palabra "Mar del Plata" sobre el epígrafe de la obra, más a modo de título.
“Lo hice hace cuatro años con la ayuda de mi marido. En época de pandemia teníamos que remodelar el patio porque estaba viejo y aunque no nos dedicamos a esto, pensamos en mosaiquismo y quisimos hacer algo representativo para Mar del Plata, como Gaudí en España. Primero empezamos con el faro y seguimos con el barco de pesca, el Casino Central, el lobo marino y el edificio de Havanna. Entonces, pusimos la palabra Mar del Plata debajo e ideamos algo que representara a todos los marplatenses”, resumió su creadora en una charla con El Marplatense.
SIETE MESES, PARA TODA LA VIDA
La obra comenzó en junio de 2020 y fue finalizada a fines de ese año, en diciembre. Y en la parte sobrante que no contaba con ninguna figura, mientras que los vecinos en la monotonía de la cuarentena curioseaban y arriesgaban el dibujo que completaría la obra, se decidieron por el ARA San Juan, que se hundió el 15 de noviembre de 2017, casi tres años antes.
“Lo hicimos sentados en el piso. Yo dibujaba con tiza y después pegaba. Me llevó toda la pandemia, sentada en invierno y otoño hasta terminarlo a fines de diciembre. Compré cerámicos, otros me traían los vecinos, y lo fui armando con colores”, expresó parada sobre los cerámicos del lobo marino, ya calientes por el sol de una soñada mañana de abril.
LA RUTINA DE LO EXTRAORDINARIO
En esa aburrida rutina de cuarentena, que inició el 20 de marzo de 2020 y se extendió cada vez más por 15 días, Donnet encontró una forma de distraerse y a la vez, realizar un aporte a la ciudad que adoptó como propia. Bajo el frío, a pocos metros de la costa norte donde el invierno hace hablar a los vidrios, la docente comenzó a darle forma en la trotadora de su casa a lo que se volvería un nuevo punto turístico de Mar del Plata.
Los vecinos del barrio Constitución le consultaban qué iba a hacer y como “no creían” que era la dueña, le preguntaban cuánto cobraba por el trabajo. “Por ahora no cobro, pero se que tengo trabajo por hacer”, les contestaba. Y de manera inimaginable para la familia, “ahora vienen turistas a sacarse fotos y se tiran al piso”, mientras ella los mira por la ventana y se siente en plenitud por haber logrado la felicidad de los demás. Sin querer, creó lo mismo que dibujó y pegó: un nuevo sitio de interés.
Y aunque a cualquiera le fastidiaría esa invasión en la puerta de su casa, para la familia ocurre todo lo contrario. “Es propio de nosotros. Pasa un vecino y me cuenta que nos vio sentados en la pandemia. Y así conocí a todos los del barrio. Venía gente, te decía lo lindo que estaba quedando y te preguntaba cuál iba a ser el próximo. ´Ya van a ver´, era mi respuesta”, precisó la abogada.
Lo más fantástico de su creación, por la que se creería que Donnet es una marplatense enamorada de su ciudad, es que en realidad ella nació en Buenos Aires. Junto a sus hermanos se radicó en Mar del Plata, se casó con un marplatense y tuvo hijos. Su historia la escribió en esta parte de la costa bonaerense y sostiene que es una amante de Mar del Plata, que es su “vida”.
¿POR QUÉ NO FUE DECLARADO PATRIMONIO HISTÓRICO?
Más allá del reclamo de quienes admiran la trotadora con más presencia y personalidad de la ciudad, la también martillera dijo que no hubo ningún acercamiento desde la Municipalidad, pero aseguró que el intendente Guillermo Montenegro está al tanto del bello camino.
-¿Qué nombre le pondrías?
-“Mar del Plata, vida”
Desde la calle Alfonsina Storni se observa la perfección hecha trotadora, caminito o entrada del auto, como prefieran llamarlo. El sol entrada la mañana ilumina una casa de dos pisos, vestida por plantas de todos los colores, detalles que entretienen a quienes patean las características y angostas calles zig zag del barrio, y una estética que la destaca en Mar del Plata. Y sin saberlo, le hace honor a la filosofía de la escritora que su nombre se recuerda en la calle, quien en “Versos a la tristeza de Buenos Aires" se quejaba: "Tristes calles derechas, agrisadas e iguales, por donde asoma, a veces, un pedazo de cielo. Sus fachadas oscuras y el asfalto del suelo me apagaron los tibios sueños primaverales".
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