Maricel González: "Siempre tengo ganas de jugar"
Alma de potrero y corazón guerrero. Piba de barrio guapa, encaradora. Hecha entre patadas de varones, pisadas y gambetas. Dueña de una historia de obstáculos superados y por superar, de un presente que disfruta y de un futuro enorme. Es Maricel González, la "10" de la Selección Sub 16 que terminó tercera en la etapa nacional de la Liga de Desarrollo organizada por la Confederación Sudamericana y la AFA.
La "Negra" podría ser la síntesis de la idea que desde junio, cuando arrancó el proceso, intentó plasmar Cristian Rodríguez junto a su cuerpo técnico: correr, meter, caerse, levantarse, vivir, disfrutar, sentir, agradecer y jugar... siempre jugar por amor a la pelota. En los partidos, en los entrenamientos, en el potrero y en la playa con los amigos.
"La primera vez que toqué una pelota tenía siete años, fue en el patio de mi casa donde se juntaban todos los amigos de Claudio, mi hermano más grande. Yo no quería jugar pero les faltaba un arquero y me mandaron al arco, me obligaron y fui llorando", contó la volante de Urquiza.
- ¿Te pasó de enamorarte del fútbol al parar la pelota por primera vez como les dijo Cristian en la última charla?
- No. No me di cuenta que iba a ser lo que es hoy para mí. No le presté mucha atención porque también jugué al básquet, hice gimnasia artística y handball.
- ¿Y hoy qué es para vos?
- Y... mucho más que un deporte, es una pasión que te corre por la sangre como decía Cristian. Es algo hermoso y difícil de explicar porque tiene muchos sentimientos juntos. Te da felicidad y también tristeza, es algo muy lindo porque dejás todo de lado y al entrar a una cancha estás en otro mundo, donde tenés que dedicar tiempo y trabajar duro. Sin dudas es algo muy bonito porque te regala amistades con las que compartís muchísimas cosas y gracias a él aprendo mucho más cada día. No importa donde esté, siempre tengo ganas de jugar. Siento mucho amor por el futbol, es algo que me hace bien, es como mi segunda familia y no lo dejaría por nada.
- ¿Qué te acordás del arranque del proceso en la Selección de AFFEBA?
- Los primeros momentos en la Selección fueron difíciles. Porque no conocía a las otras pibas y sabía que tenían muy buen nivel, tampoco sabía quién era el técnico. Siempre tuve nervios.
- ¿Por qué quedaste en el plantel y siempre fuiste titular?
- No sé qué hago bien, pero Cristian vio algo en mí que pensó que servía para el equipo. Él me pedía que hiciera lo que sabía, que es salir a la cancha y jugar. Me sirvió que me insistieran en jugar en equipo y que siempre trate de abrir la pelota. También soy de hablar y de ordenar, me gusta.
- Más allá del juego, ¿estar en la Selección te ayudó a crecer en otros aspectos?
- Sí. No es todo fútbol (piensa unos segundos y respira hondo). Es muy difícil tratarme. Yo soy muy dura y como dijo Cristian, desde el principio le puse una pared y fue muy difícil pasarla. Pero de a poco fuimos entendiéndonos todas, tuvimos momentos donde pudimos relacionarnos y armar una linda amistad, incluso con él.
- ¿Qué sentías antes del debut contra Aldosivi?
- ¡Qué no sentía! Nervios, emoción, miedo. Quería salir y comerme el mundo.
- ¿Y cuándo hiciste el gol?
- Exploté. Se lo dediqué a mi mamá, que estaba ahí, justo era el Día de la Madre y fue hermoso.
- También te tocó hacer el último gol del proceso, en el 4-0 con Platense. Un gol muy emotivo.
- Me pasó lo que dijo Inés Arrondo en la charla que nos dio, no quería que se terminara nunca ese partido. Quería que fuera eterno porque era el último que íbamos a jugar juntas.
- ¿Qué sueños tenés con el fútbol?
- Me gustaría llegar a lo más alto, ponerme metas e ir cumpliéndolas. Voy a ir poquito a poquito. Algunas ya las voy logrando.
- Sacando el fútbol, ¿qué te llevás de esta experiencia en la Selección?
- Muchas amigas y compañerismo. Fue difícil convivir con chicas que no conocía, que no sabés cómo son y qué es lo que les cae bien o mal. Al final terminamos todas queriéndonos mucho y al otro día del viaje de vuelta ya nos queríamos ver de nuevo. Cuesta saber que se terminó, pero estas cosas pasan.
- Más allá de la tristeza de la semifinal, al verlas entrenar y jugar daba la sensación de que ustedes eran felices. ¿Coincidís?
- Sí. Lo buscamos y lo conseguimos. Yo cuando entré desconfiaba de todo, pero aunque fue poco el tiempo que tuvimos para conocernos, nos alcanzó para formar un grupo hermoso. Todas tenemos historias y locuras distintas, pero las banco. Ojalá que nos sigamos juntando para pasar un rato o para jugar. No sé si volveremos a estar todas en una Selección como esta, espero que sí.