A lo largo de cinco días, más de 50 artistas locales, nacionales e internacionales trabajaron intensamente en una gran galería a cielo abierto en el marco del primer Festival Internacional de Arte Urbano DeInstinto que se celebró esta semana en Mar del Plata.

Los murales y graffitis que realizaron quedarán como un gran legado cultural para la ciudad y para el barrio, que ahora tendrá un atractivo más en las paredes de la ex vía del ferrocarril ubicada entre Guido y Funes, desde Castelli hasta Brown.

El objetivo de la iniciativa, impulsada por los artistas locales Julián Roura y Lucho Gallese, es convertir a Mar del Plata en "una galería de arte a cielo abierto, gratuita, inclusiva y libre para que toda la ciudad disfrute de su transformación año a año".

Los muralistas, artistas plásticos, mosaiquistas y escultores llegaron desde lugares tan diversos y remotos como México, España, Brasil, Paraguay, Ecuador, Chile, Bolivia, Tierra del Fuego, Mendoza, Córdoba, Santa Fe o Rio Negro, para dejar su impronta personal en un trabajo colectivo y colaborativo que le dio nueva vida a la fachada de la Vía Orgánica.

Además, entre el miércoles y el viernes, mientras los vecinos apreciaban a estos artistas convertir el revoque blanco en una obra de arte, pudieron disfrutar de ferias artesanales, espectáculos circenses, servicio de gastronomía y un escenario por donde pasaran distintos músicos locales.

Filite y Agnaldo Mirage de Brasil, Fósil de México, Cristina Llurat de España, Harry de Bolivia, Sergio Jara de Paraguay, Hallo de Chile, Lucas Quinto de la Ciudad de Buenos Aires, Natalio Cees de Mendoza, Paolo Porcel de Córdoba, Chungo Trash de Bahía Blanca, Lisandro Urtiaga de Santa fe, fueron algunos de los artistas invitados que participaron de este primera edición del festival y dejaron su impronta en las paredes de Mar del Plata.

La muralista Emilia Leo -que tiene varias obras en el Puerto de la ciudad, entre las que se destacan el paredón externo del Club Náutico y la Escollera Sur- fue una de las artistas plásticas locales que participó del festival. "Me encantó, es un evento muy lindo. Además de pintar, tenemos la oportunidad de ver trabajos de otras partes y todos juntos", dijo y se esperanzó en que se pueda repetir el año próximo.

"La gente ya empezó a pasear por acá. Esto convierte y transforma un lugar abandonado en algo completamente distinto: una galería de arte abierta, que es un lugar al que no todo el mundo puede ir. Es hermoso llevar el arte a los barrios y que conviva con nosotros, ver algo que te alegre y no ruinas", describió.