Masacre en Brasil: dos jóvenes mataron a 8 personas y se suicidaron
Al menos diez personas murieron en un tiroteo esta mañana dentro de un colegio de la localidad paulista de Suzano, luego de que dos jóvenes encapuchados ingresaron al establecimiento escolar fuertemente armados y dispararon a mansalva antes de suicidarse.
El ataque ocurrió poco después del horario de inicio de las clases en la escuela rural Raúl Brasil , de Suzano, municipio al este de la región metropolitana de la ciudad de San Pablo. Cinco de las víctimas fatales son alumnos, otras dos son empleadas de este colegio secundario que alberga a unos mil estudiantes y un centenar de trabajadores adultos. Antes de ingresar a la escuela, los atacantes mataron al dueño una concesionaria de autos vecina, que luego se descubrió era tío de uno de los tiradores; allí robaron un vehículo en el que se dirigieron al colegio.
En la escuela hubo también al menos 23 personas heridas, la mayoría ya internadas en el hospitales cercanos y dos de ellas, de mayor gravedad, trasladadas la Hospital de Clínicas, en San Pablo.
La escuela, ubicada en el centro de Suzano, fue aislada por la policía y de inmediato acudieron al lugar varias ambulancias y camiones de bomberos. Desesperados al conocer la noticia, numerosos padres de alumnos comenzaron a llegar al sitio.
La policía reveló que los agresores eran exalumnos de la escuela identificados como Guilherme Taucci Monteiro, de 17 años, y Luiz Henrique de Castro, de 25 años. El coronel de la Policía Militar Fabio Pelegrini apuntó que hasta ahora no se sabe cuál fue su motivación.
Además de revólveres calibre 38, los atacantes llevaban cócteles molotov, hachas y arcos y flechas. Por videos divulgados por alumnos a través de las redes sociales, es posible ver que uno de los agresores vestía todo de negro, tenía una capucha con el dibujo de una calavera y usaba guantes.
El ataque ocurrió en el momento de un recreo, cuando la alumna María Paula Guimarães de Lima, de 16 años, estaba en el baño. "Estaba saliendo cuando oí el ruido de una explosión; pensé que eran los chicos que siempre tiran bombitas. Pero después oí otras diez, quince explosiones y me di cuenta de que eran tiros. Todo el mundo estaba gritando. Entonces volví al baño para protegerme, había otras diez personas ahí escondidas. Nos quedamos asustados, rezando para vivir", contó, según La Nación.
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