"Memi" Marchi y el poder del esfuerzo para conseguir un objetivo
La boxedora Melisa Marchi debutó en el profesionalismo el pasado domingo y contó sus sensaciones en Marca Deportiva Radio (FM 99.9)
Mar del Plata tuvo el pasado domingo un debut profesional femenino. Melisa Marchi subió por primera vez al ring como profesional y se bajó con un triunfo por puntos en fallo unánime.
Con 31 años, en una etapa de maduración personal tuvo una oportunidad que quizás nunca planificó cuando comenzó a practicar boxeo, pero a la que le dedicó mucho tiempo de preparación una vez que estuvo en el horizonte: “Hay un momento cuando vos pensás que para algo falta mucho y no llega, y no llega, y no llega. Cuando me quise acordar el día anterior a la pelea ya estábamos en el pesaje, dije “listo, ya está”, bajo de la balanza, me hidrato, como algo y mañana ya arranca todo. O sea, me cayó la ficha que vos te estás preparando durante tanto tiempo para 8 minutos”, dijo como resumen en diálogo con Marca Deportiva Radio (FM 99.9).
Toda la adrenalina de los últimos días fue de una gran intensidad, hasta ese bendito momento en que se pisa la lona: “Cuando me subí al ring una parte mía esperaba que pongan el cabezal, me estaba faltando algo. Ahora ya me afloje un montón, es como que bajé un montón de revoluciones. El domingo a la noche eran las 4 de la mañana y todavía no podía dormir”, dijo sobre la noche posterior al estreno.
El escenario que la rodeaba podía desconcentrarla, pero trató de que eso no sucediera. Luchó para que eso no pasara: “Cuando sonó la campana mi cabeza era una revolución de pensamientos y ya a la mitad del primer round pude poner los pies sobre la tierra. Siempre trato de concentrarme y de escuchar solamente al entrenador, porque quizás cuando sos visitante no te pasa, pero cuando estás acá escuchás a tu gente, distinguis las voces de tu viejo, de tu hermano, de tus amigos. Me concentré al 100% en escuchar al entrenador y lo disfruté; me sentí re bien”.
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Una vez que se prueba esa adrenalina especial, es difícil alejarse y por eso, “Memi” se plantea empezar un camino profesional que hoy no sabe hasta donde la llevará. “Tengo que cuidar el cuerpo, tengo un hombro que está lesionado, entonces estos días me dijo el traumatólogo que le dé un poquito de descanso, que arranque tranquila para que a futuro no sea peor. Yo quiero seguir peleando y tengo que hacer las cosas de manera ordenada”, dijo sobre su futuro.
EL CAMINO AL PROFESIONALISMO
Para “Memi” Marchi ser boxeadora no estuvo nunca en los planes y mucho menos, ser profesional. A veces el destino hace que sucedan determinadas cosas que cambian para siempre la vida de un persona.
“Empecé hace ya siete años-relata-, no tenía pensado nunca ser profesional, es más, arranqué boxeo recreativo para hacer una actividad física, para despejarme, para bajar de peso. Cuando me quise dar cuenta es algo que me apasionó y me encantó, pero cuando empecé no lo tenía en la cabeza, no es que yo soñaba con ser boxeadora profesional, fue algo que se fue dando, que me fue atrapando de a poco”.
La pandemia, en su momento, frenó esas ganas que volvieron con más intensidad más adelante: “Hubo algo que les pasó a todos. En la pandemia pausamos la vida, el deporte y yo ahí pensé que no iba a seguir boxeando. A mí me encanta entrenar y creo que quizás es una ventaja, siempre estoy entrenando y siempre está la posibilidad de seguir peleando. Un día el profe me dijo ”en verano hacemos la licencia". Siempre confío en él y cuando me lo dijo pensé que estaba lista, que no había que esperar más. Por cómo iba todo pensé que no iba a llegar la fecha este año porque fue un enrosque de rifas, un montón de cosas que conlleva hacer una pelea profesional”.
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Como en un montón de ejemplos que se pueden dar, el boxeador se dedica a otros trabajos como el caso de “Memi” que es profesional, y además está trabajando en el club donde entrena: Talcahuano Boxing Club. “Cuando comencé a hacer boxeo trabajaba de empleada doméstica, después de mucama en un hotel, de niñera, mientras tanto estaba en la facultad. Después me recibí de locutora en pandemia y terminé trabajando en Talcahuano. Todo lo que tengo, son cosas que me fui consiguiendo de a poco. Justamente del esfuerzo es lo que te lleva; todo lo tengo es por mi esfuerzo. Obviamente uno no llega solo porque si no fuese por mi entrenador yo no estaría donde estoy. Él me ayudó muchísimo a esto. Siento que me lo gané por mi esfuerzo, es algo increíble. También hay que creer en uno mismo, que muchas veces a mí me costaba y el profe me decía si yo creo en vos, vos tenés que creer en vos. Ese clic que te hace la otra persona es fundamental”.
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