Mes de la asistencia humanitaria: una ayuda que vale por dos
Conmemorando una fecha importante para la ayuda social, la licenciada Patricia Fortina explicó cuales son los beneficios para la población de esta iniciativa solidaria.
Agosto es el mes de la asistencia humanitaria, la cual es entendida como la ayuda que se brinda a una población para garantizar el acceso a servicios básicos tales como atención médica, social, psicológica y alimentación. Generalmente se utiliza en gente desplazada por urgencias naturales, desnutrición, guerras o violencia social.
Si bien este mes es conmemorativo para esta gran solidaridad, el 19 de agosto es el día que inspiró con un trágico suceso. Se trata de un atentado bomba en el hotel Canal de Bagdad que se llevó la vida de 22 trabajadores humanitarios, entre ellos el Representante Especial del Secretario General de la ONU para Iraq, Sergio Vieira de Mello. Cinco años más tarde, la Asamblea General adoptó una resolución que designó esta fecha como el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria.
Sobre esto, la licenciada en Salud Patricia Fortina destacó: "Existen diferentes grupos y de alcance mundial, que tienen acuerdos y compromisos entre distintos países y comunidades. El organismo regulador supremo es la Organización de las Naciones Unidas y sus oficinas regionales y esta ayuda humanitaria está financiada por distintas fuentes, ya sea por donaciones gubernamentales, fondos solidarios, particulares, ya sea por empresas o ciudadanos, quienes a través de qr, páginas o números telefónicos, pueden brindar su ayuda económica".
"Se basan en distintos principios como humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia operativa. La Organización es estricta y tiene un eje fundamental que es la ayuda hacia el otro, humanitaria a personas y grupos vulnerables o en crisis circunstancial", agregó.
"Esa colaboración tiene determinado tiempo y es regulado de distintas maneras. La idea es sostener a estos grupos hasta que logren mejorar la situación trágica por la cual están pasando", afirmó.
"Pero tiene otro eje que también es fundamental, además de la ayuda a estos grupos, que es mucho menos visible. Se trata del desarrollo en las personas que colaboran, la satisfacción personal que produce poder colaborar, ser solidario, trabajar en equipo y ser voluntario. Promueven un compromiso y una competencia individual en un sentido de protección que aumenta el bienestar personal y se refleja en lo social", sumó la especialista en salud.
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"También está comprobado que las personas que colaboran y que ayudan, tienen muchas menos crisis de depresión, ansiedad y enfermedades porque están abocadas a la tarea humanitaria que tiene este doble sentido. El bienestar personal, está fundamentado en la acción social en equipo y de voluntariado. Teniendo en cuenta que la felicidad no es la riqueza de las cosas sino la de las experiencias", concluyó.
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