Mes del Alzheimer: cómo reducir el impacto de la enfermedad
A través de hábitos saludables y una detección temprana, las familias pueden recibir asistencia durante el proceso.
Con el objetivo de combatir el estigma que existe sobre las demencias, cada 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Alzheimer e invita a generar espacios de concientización y aprendizaje durante todo el mes.
Durante la campaña se promueve la detección temprana a partir del conocimiento de la sintomatología y el acompañamiento a las familias para poder afrontar la enfermedad de la mejor manera posible.
En este sentido, la licenciada Patricia Fortina comentó que “el alzheimer es una de las clases de demencia que conocemos, tal vez la más común, una enfermedad progresiva donde se van degenerando y cambiando las conexiones de las células neuronales. Se afecta la memoria, el comportamiento y el pensamiento”.
Asimismo, destacó que “cuando la presentación es en adultos mayores, el avance es mucho más lento. En general comienza con algunos olvidos de nombres, lugares y aparece una dificultad en el habla o pensamiento que más tarde se puede traducir en no conocer a sus familiares, perder la escritura, dejar la llave de gas abierta, una conducta que no era la habitual en esa persona”.
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A pesar de que “no existe un tratamiento curativo, sí puede ir lentificando su progresión con medicación. Es muy difícil para los familiares ver a un ser querido que está pasando por esa situación, muchas veces la persona que la sufre no se da cuenta”.
En este contexto, “resulta muy difícil que la persona que quieren los desconozca, no sepan quiénes son. Los familiares deben recibir apoyo y ayuda profesional para saber cómo llevar este tipo de enfermedades”.
De modo que “hoy lo que sabemos es que el cerebro sufre cambios en su estructura y fisiología, hay factores que indican mayor predisposición como la edad. Al ser adulto muy mayor, lo vemos con el aumento de la esperanza de vida, hay mayor presentación de demencias”.
“Otra son lo familiares consanguíneos que la sufren, las mujeres sanas suelen tener más propensión, un riesgo de ACV o hipercolesterolemia o antecedentes de trauma craneal”, concluyó.
Entre las recomendaciones para sobrellevar la situación, se encuentran el evitar hábitos y enfermedades que dañan el corazón, mantenerse físicamente activos a través del ejercicio, tener una alimentación saludable, entrenar el cerebro en forma permanente a través de actividades y tener una vida social equilibrada.
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