Mestre con el Papa: "Fue un momento hermoso, de fe y espiritualidad”
Luego del esperado encuentro con el Papa Francisco que se realizó ayer en Roma, monseñor Gabriel Mestre envió su vivencia de este importante momento durante la Visita Ad Limina. Cabe destacar que la misma culminará mañana con la misa en la Basílica de Santa María la Mayor y la visita en las congregaciones para la Evangelización de los Pueblos y la Educación Católica.
“Queridos hermanos de la diócesis de Mar del Plata: Llegando a la fase final de la Visita ad limina, el jueves 2 por la mañana, tuvimos la gracia de celebrar la misa, el primer grupo de obispos argentinos, ante la tumba de San Pedro, y poder desde aquí rezar por toda la Iglesia, por la unidad de la iglesia, de la diócesis, rezar por la realidad de la Patria y el mundo. Haciéndonos eco también de haber conmemorado el día del trabajador, tuvimos presente la realidad compleja a nivel laboral, educativa de nuestra patria y pedimos especialmente por los hermanos más pobres y necesitados, y por esta justicia tan largamente esperada que necesitamos en nuestra Patria”, inició diciendo en su mensajes monseñor Gabriel Mestre.
“Tuvimos la gracia de participar del encuentro con el papa Francisco. Los 31 obispos de este primer grupo tuvimos más de dos horas con el papa, dialogando de manera fraterna, muy libre, muy espontánea y muy profunda a la vez; en las distintas temáticas que tienen que ver con la vida de la Iglesia, el interior de la vida de la Iglesia y también las realidades contextuales de cada una de las diócesis. Fue un momento muy hermoso, muy de fe, espiritual y profundo”, relató el obispo.
“Percibí al Papa con un estado de salud óptimo, muy jovial, chistoso como siempre, profundamente convencido de que lo que está viviendo es lo que Dios le regala en este tiempo. Ratificó más de una vez que la misma paz que sintió cuando fue nombrado, a pesar de darse cuenta de la enorme responsabilidad que tenía, es lo mismo que siente en este momento que tiene que llevar adelante tantas cosas difíciles y complejas de la vida de la Iglesia”. “Charlamos todos los temas, con una agenda totalmente abierta, nadie tenía un papel ni él, ni nosotros. Pudimos dialogar y hacer ‘ping pong’ donde todos los obispos fuimos planteados distintas cuestiones y el Papa fue dialogando en cuanto a los temas educativos, el trabajo, la droga, la dignidad, la evangelización, la catequesis, la transmisión de la fe. Distintas temáticas que tienen que ver con la tarea propia de la Iglesia, encarnada en el mundo y en la historia, también sobre las dificultades que tenemos en las cuestiones más complejas, y que tienen que ver con la formación de los futuros pastores, la educación, la defensa y el cuidado de la vida, cuestiones de la realidad de los abusos. Todas las temáticas se trataron de manera libre y muy profunda, y muy ‘sinodal’ podríamos decir, con la participación y voz de todos, sin tabú, tapujo ni miedo”, resaltó el pastor de la diócesis de Mar del Plata.
Sobre la invitación a que Su Santidad, Francisco venga a la Argentina, Mestre manifestó “Reiteramos varios, yo uno de ellos; la invitación para cuando quiera venir y recordé que es su casa, y de corazón le dije que que lo queremos mucho y queremos que esté con nosotros. Le conté la experiencia de la visita del Nuncio Apostólico, como enviado del Papa, en febrero en Mar del Plata y del afecto y el cariño de la gente, que tuvo en la Catedral y en Lourdes en el Puerto el 11 de febrero que fueron los lugares más masivos. Le expresé cómo nuestro pueblo quiere al Papa, más allá de que a veces aparecen comentarios no tan positivos de algunos sectores, le ratifiqué esto y lo hicieron varios obispos . Así renovamos nuestra propuesta que venga a la Argentina de que lo esperamos con cariño y afecto, como sucesor de Pedro, aquel que confirma a la Iglesia en su camino de fe. Dijo claramente que es un tema de agenda, marcó esto que he compartido con ustedes varias veces: que el Papa prioriza los lugares más pequeños, donde la Iglesia tiene una presencia minúscula”.
Mestre concluyó su mensaje diciendo "los sigo teniendo muy presentes a todos, creyentes y no creyentes, miembros de la comunidad de la diócesis de Mar del Plata, de estos nueve partidos del sudeste de la provincia de Buenos Aires. Los llevo en mi corazón y en cada momento espiritual y religioso que tenemos los tengo presente y elevo al Señor. Un gran abrazo a todos y mi bendición de padre, hermano y amigo”.
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