Mutilación genital femenina al descubierto: develando mitos y verdades
La mutilación genital femenina es una práctica ancestral que hoy sigue vigente en 92 países del mundo, tales como Estados Unidos, España, Colombia y, también, Argentina. Lo padecen niñas entre el nacimiento y los 15 años por motivos no médicos que incluyen: religión, cultura, tradición, costumbres y más.
Se cree que el origen es meramente religioso pero no es así. La agencia Antártica Press viajó hasta Kenia, África, para investigar y hablar con sobrevivientes de la mutilación genital femenina. En su informe especial sostuvo que “no es una tradición estrictamente vinculada a la religión. Si bien se realiza mayormente en países musulmanes, el Islam no la promueve, aunque sí la acepta”.
La antropóloga argentina, Adriana Kaplan Marcusán, participó del informe con su testimonio: “La iniciación transmite un sentimiento de orgullo y de pertenencia al grupo, y se convierte en la prueba física que garantiza la feminidad de la niña”. Los pueblos y comunidades que la practican tienen un punto en común: proteger la ‘pureza’ de la mujer. Es decir, preservar la virginidad de la niña para arreglar un futuro matrimonio.
Mitos de origen: ¿es por religión, tradición o estética?
Existen muchos mitos sobre el origen de la mutilación genital femenina. Los periodistas e investigadores de Antártica Press enumeraron los que observaron en el lugar.
1. Lo dice la tradición
Para que las niñas no sean excluidas de su comunidad, sus madres y sus abuelas las llevan al rito de iniciación y las preparan para la vida adulta y el matrimonio. De esa forma, continúan con las bases de su tradición. No obstante, existen sobrevivientes que no quieren lo mismo para sus hijas como es el caso de Asha Ismail.
En 1989 nació su hija, Hayat, y Asha sintió que la tradición no podía continuar. “Decidí que no iba a pasar por todo lo que había pasado yo”, contó a Antártida Press. Gracias a su madre, Hayat es la primera mujer en su familia que no pasó por la mutilación genital. Ambas dejaron su país y hoy viven en Madrid, donde crearon la ONG Save a Girl Save a Generation para terminar con la mutilación genital.
2. Incrementa la fertilidad y potencia la fecundidad
El segundo mito gira alrededor del incremento de la fertilidad y la potencial fecundidad. Esto ocurre porque algunas comunidades creen que, si el bebé toca con la cabeza el clítoris de la madre en el momento de nacer, puede ocasionar secuelas permanentes e incluso provocar su muerte.
3. Es más bello y más limpio
Muchas personas consideran a los genitales externos femeninos como partes antiestéticas y que, si no se corta a tiempo el clítoris puede crecer como un pene. Otro mito de origen se basa en la limpieza ya que consideran a los genitales externos de las mujeres como partes sucias.
4. Lo dice la religión y preservar la virginidad
El más común de los mitos es el que se basa en la religión, por eso se practica en comunidades musulmanas, cristianas coptas y judías falasha. El último mito, señala que la mutilación “preserva la virginidad, el honor de la familia y previene la promiscuidad”. Tiene mucho peso en las sociedades donde la virginidad femenina es un requisito para casarse.
Mitos de países: ¿solo sucede en África?
Hoy está prohibida en 51 países pero se practica en la clandestinidad. Incluso, hay mujeres que viven en lugares donde está prohibido y deciden someter a sus hijas a lo mismo. “Lo hacen en secreto o envían a las niñas a su país de origen durante las vacaciones, durante las cuales se les realizará el corte”, explicó Antártica Press.
En Argentina existe una mutilación genital distinta. Se trata de intervenciones quirúrgicas a niños interesex o hermafroditas. Los cuerpos intersexuales tienen características sexuales distintas a lo establecido entre femenino/masculino. Las familias acceden a las intervenciones a partir de recomendaciones médicas sin posibilidad de elección.
En el 2019 se presentó un proyecto de ley ante el Congreso con el objetivo de garantizar los derechos a la autonomía, a la integridad corporal, a la no discriminación, y a la verdad de todas las personas, con independencia de sus características sexuales.
Desentrañando verdades: las niñas mueren
Una de las verdades más visibles de la mutilación genital femenina es que muchas niñas mueren o quedan con secuelas para toda la vida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que refleja una desigualdad entre los sexos y constituye una forma extrema de discriminación de la mujer. “Es practicada casi siempre en menores y constituye una violación de los derechos del niño”, concluyen.
Esta práctica provoca hemorragias, infecciones, dolores, aumento en el riesgo de contagio del VIH, complicaciones en el parto y en las relaciones sexuales. En muchos casos, las niñas mueren desangradas a causa de las condiciones de precariedad e insalubridad. También tiene impactos en la salud mental porque causa ansiedad, depresión, traumas y más.