Netflix apuesta a una nueva docuserie: la tragedia del transbordador espacial Challenger
En los últimos años, Netflix viene apostando fuerte por las docuseries, un género que permite abordar hechos y/o personalidades con más profundidad que un documental tradicional. En la misma línea que The Last Dance o Wild Wild Country, la plataforma acaba de estrenar Challenger: El vuelo final, producción dividida en cuatro partes.
Esta serie documental cuenta la historia del transbordador espacial que, en 1986, a los 73 segundos de su lanzamiento, explotó ante los ojos de millones de personas -muchos de ellos, niños y adolescentes escolares- que lo estaban viendo en vivo por televisión.
Con la producción ejecutiva de J. J. Abrams (Lost y Star Wars), la serie ofrece una mirada profunda de una de las tripulaciones más diversas jamás reunidas por la NASA, que incluía a la maestra Christa McAuliffe, la primera ciudadana civil que iba a viajar al espacio.
Los directores Steven Leckart y Daniel Junge buscan acercar a los astronautas fallecidos a través de conmovedoras conversaciones con sus familiares. Además, profundizan en los detalles sobre las fallas mecánicas y del proceso de toma de decisiones que derivaron en la tragedia, con entrevistas a ingenieros y autoridades de la NASA que en su momento trabajaron en los propulsores de lanzamiento defectuosos y expresaron repetidas veces sus preocupaciones.
La docuserie revela charlas inéditas, filmaciones del entrenamiento y material de archivo nunca visto que conforman un retrato emotivo y sin filtro de los eventos que precedieron al triste desenlace del Challenger.
Leckart era uno de esos estudiantes de primaria -obsesionado con el espacio- que presenció en vivo la explosión del transbordador. Al igual que todo el mundo, quedó conmocionado con el terrible hecho de que las siete personas a bordo habían muerto.
A través de entrevistas con familiares, se recuerda a los astronautas que murieron en el Challenger.
“Recuerdo que quería ser astronauta y quería ir al espacio. Y entonces recuerdo que el Challenger destruyó completamente ese sueño”, dijo uno de los directores de la serie a la agencia AP.
Leckart y Glen Zipper -co productor ejecutivo- concibieron la serie en 2015 mientras buscaban hacer algo personal. Ambos vieron el desastre siendo niños, pero sólo podían recordar el nombre de una astronauta a bordo del Challenger: McAuliffe. ¿Quiénes eran los otros seis?.
Cuanto más investigaban, más personas extraordinarias descubrían: Ellison Onizuka era la primera astronauta asiática-estadounidense en el espacio; Ronald McNair, el segundo afroamericano; y Judith Resnik, la segunda mujer estadounidense y la primera mujer judía en viajar al espacio.
El Challenger explotó el 28 de enero de 1986, a 73 segundos de haber sido lanzado. Foto: Netflix.
“Quisimos humanizar a estos astronautas, que el público conociera a estos personajes y tratar de que comprendan el lado humano de toda esta historia'', dijo el codirector Daniel Junge.
Ver la serie fue como "subirse a una montaña rusa de emociones'' para June Scobee Rodgers, la viuda del comandante del Challenger Dick Scobee, quien ayudó a crear el "Centro Challenger para la Educación de la Ciencia Espacial".
“Hay tristeza y sirve como recordatorio de ese tremendo dolor privado que se hizo tan público”, agregó Rodgers, que a la vez le cedió a la producción videos caseros de su esposo divirtiéndose con familiares y amigos, “fragmentos maravillosos de alegría”.
June Scobee Rodgers, la viuda del comandante del Challenger, Dick Scobee. Foto: Netflix.
Meses después del desastre, se supo que una falla ocasionó filtraciones en el cohete acelerador sólido derecho del transbordador. Una investigación halló que varios trabajadores habían advertido a la NASA sobre el peligro de lanzar el Challenger. Pero la NASA estaba bajo presión para mantener su ambicioso programa de vuelo y el riesgo se consideró aceptable.
"Cuando comenzamos esta serie, esperaba encontrar a ese villano al que podríamos adjudicarle toda la responsabilidad, y no creo que lo hayamos encontrado", adelantó Zipper. “Nadie dijo: 'esto definitivamente va a desintegrarse, pero lancémoslo de todas maneras'. Todos eran leales a sus misiones hasta decir basta''.
Por su parte, Leckart comparó el desastre del Challenger con otra tragedia de 1986: el accidente de Chernóbil. “No hay necesariamente gente maliciosa con las mejores de las intenciones, pero eso rápidamente puede salir mal”, describió.
Algunos ingenieros de la NASA le habían advertido a la agencia espacial sobre el peligro de lanzar el Challenger. Foto: Netflix
Fuente: Clarín