Neurociencia y comportamiento: "Sentirnos excluidos duele, no es metafórico”
El doctor en Neurociencia de la Universidad de Leicester, Joaquín Navajas, contó distintas razones por las que decidimos actuar de cierta manera. Fue una entrevista con "Los datos del día", de Mitre Mar del Plata.
Joaquín Navajas, doctor en Neurociencia de la Universidad de Leicester, Inglaterra, y director de la licenciatura en Ciencias del Comportamiento en la Universidad Torcuato Di Tella, comentó diversas conductas de los seres humanos y a qué se deben, como el placer por formar parte de una tribu aunque ella no signifique lo correcto, la posibilidad de cambiar de opinión y la dificultad para pensar en argumentos que no nos representan.
En comunicación con "Los datos del día" de Mitre (FM 103.7), manifestó: “Hay una fuerza muy poderosa que en el lenguaje técnico se conoce como normas sociales, lo que tiene que ver con aquello que hacen otras personas y tendemos a copiar. Pertenecer a una tribu o multitud nos genera mucho placer, incluso a nivel cerebral, por lo que es una fuerza muy poderosa que guía todas nuestras decisiones”.
Por el lado de “la sabiduría de las multitudes”, un concepto que utiliza el especialista, explicó que fue descubierto por el biólogo inglés, Sir Francis Galton, a comienzos del siglo XX. El científico tenía la idea de que las multitudes ”no eran muy sabias, ya que hay muchas situaciones en las que se equivocan rotundamente", como en elecciones o crisis financieras. Entonces, agregó: “Él creía que la democracia no funcionaba y que era una forma de gobierno que no tenía sentido. Y a diferencia de muchas personas que sostienen esa idea, Galton tuvo la inteligencia de hacer un experimento”.
Para comprobar su teoría, el biólogo “le pidió a varias personas que estimaran individualmente el peso de un buey y le erraban al peso por más de 300 kilos, pero sin embargo si uno tomaba una medida de agregación de toda la multitud, le pegaban exactamente”, de acuerdo al relato de Navajas, quien aclaró que más tarde la práctica se conoció como “efecto de sabiduría de las multitudes”. Es decir que, al combinar decisiones de personas poco sensatas, “se puede dar lugar a cierta inteligencia colectiva”.
“Y hoy se usa en dominios y aplicaciones, desde el pronóstico de ventos geopolíticos o deportivos hasta diagnósticos de enfermedades”, puntualizó.
TEORÍA DEL CARRO GANADOR
Por otra parte, el investigador del Conicet también se refirió a la “Teoría del Carro Ganador”. En este punto, acotó: “Es real que, en una elección, la gente vaya con la opción que parece ser la ganadora y no quiera sentirse excluido de esa tribu que, en caso de ganar, va a formar parte del poder. Biológica y evolutivamente, uno tiene todos los incentivos para pertencer a la tribu que gana”.
De este modo, hay motivos racionales e irracionales por los que la gente tiene esa conducta. En los racionales cuando “se cree que la mayoría de la gente tiene razón, entonces seguir a la mayoría tiene sentido racional”, y en los irracionales cuando “se sabe que la gente está totalmente equivocada y aún así los queremos copiar, ya que sentirnos excluidos duele, no es metafórico”.
CAMBIOS DE OPINIÓN
Al ser consultado por la posibilidad de cambiar lo que piensa otra persona, el director de la licenciatura en Ciencias del Comportamiento manifestó que sí existe y “sucede mucho más frecuente de lo que uno espera”. Y señaló: “Se tiene la sensación de que cuando dos personas conversan sobre temas polémicos la gente no se va a poner de acuerdo. Pero hicimos un experimento y pusimos a miles de personas a conversar, al mismo tiempo que le dijimos a observadores que trataran de predecir cuán factible era que se pusieran de acuerdo. Allí, encontramos que las expectativas son más pesimistas que la realidad y que el diálogo es una herramienta más poderosa de lo que la gente presume”.
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Según Navajas, esto sucede debido a que en una conversación cara a cara las personas “empatizan y conectan”, y de a poco se “suavizan” las creencias hasta acercarse a posturas intermedias. Asimismo, dijo que muchas veces conversamos internamente con “malas versiones de nuestros adversarios en lo discursivo” y si uno encuentra a esa persona, choca con argumentos que no había tenido en cuenta y “logra cambiar de opinión”.
Sobre ese accionar, recordó que hay un trabajo reciente de investigadores ingleses, quienes intentaron medir qué tanto una persona puede pensar en los argumentos que usaría una persona que opina distinto y encontraron que la mayoría “no logra producir buenos argumentos porque no nos ponemos en el lugar del otro y creemos que los argumentos que están del otro lado son más endebles de lo que realmente son”.
A pesar de que aseguró que son pocos los que lo logran, el doctor reconoció que quienes lo hacen tienden a a tener “menos prejuicios, mayor apertura a cambiar de opinión y la posibilidad de tolerar”.
CIENCIAS DEL COMPORTAMIENTO, ¿QUÉ ES?
“Las Ciencias del Comportamiento surgen de la combinación de la psicología experimental, la neurociencia congnitiva y la economía del comportamiento, que es el estudio de cómo las personas tomamos decisiones económicas y qué sesgos tenemos a la hora de actuar y decidir. Es el estudio de la conducta humana, a partir de observaciones y experimentos”, concluyó.
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