Otelo, Habitación Macbeth y Cyrano: “No hay recuerdo de tantos clásicos en una temporada de verano”
Juan Palomino y Emma Burgos protagonizan “Otelo”, que se presentará en la Sala Piazzolla del 16 al 19 y del 23 al 26 de enero. Los intérpretes celebraron que haya este tipo de propuestas en verano y los acuerdos entre el Estado y los privados para producir espectáculos.
Otelo y Emilia, dos nombres que son sinónimo de teatro. De obra teatral. Y de obra teatral de la pluma de William Shakespeare. Juan Palomino y Emma Burgos son los encargados de ponerlos en escena en Otelo, la adaptación de Nicolás Prado que se presentará del 16 al 19 y del 23 al 26 de enero a las 21:30 en la Sala Piazzolla (Boulevard Marítimo 2280) en el marco de una temporada que cuenta con una importante presencia de los clásicos, si sumamos Habitación Macbeth y Cyrano, que se ven en el Teatro Tronador.
Precisamente Palomino y Burgos visitaron el Tronador. “Quedé maravillada. No había visto la refacción, si bien soy de Mar del Plata, tenía la imagen antigua y me deslumbré”, contó la actriz a lo que el actor aseguró: “Encontrarle un espacio a un teatro siempre es muy gratificante. Y me parece que toda la estética que le pusieron, el foyer con la exposición del Teatro Colón, la sala, los camarines, habla de la mirada que debe tener un teatro de estas características. Un teatro que se abre, que se modifica, es para celebrarlo”.
Precisamente para Palomino, en diálogo con El Marplatense, es también digno de celebración la apuesta por Otelo que hizo la Comedia de la Provincia de Buenos Aires. “Se conjugan valores entre un Estado presente que entiende que determinadas obras le permiten al espectador llegar a una realidad. Y tenemos Cyrano del San Martín. Dos estados que están presentes en una temporada es para celebrarlo. Y celebro que un productor desde el Tronador haya accedido a esa posibilidad de conjugar una coproducción entre un privado y el Estado. Esos convenios son importantes”.
Si bien recién este jueves podrán palpar la reacción del público (junto a Fabio Prado González, Erica Basaldella, Mario Moscoso y Francisco González Gil, también integrantes del elenco), Palomino y Burgos aseguran que la temporada arrancó bien y que hay buenas expectativas de los productores. “Lo que no se esperaba en verdad porque con la crisis que estamos viviendo se esperaba otra respuesta. Por suerte para todos, no sólo para el teatro”, confió la encargada de interpretar a Emilia.
-¿Cómo es tu relación con Mar del Plata?
(Palomino). Vengo siempre porque Charo (NdR: su pareja) tiene una casa acá con la mamá, y venimos mucho, Mis hermanos han vivido acá, el Festival de Cine, he tenido algunas temporadas. Tengo como un recorrido de Mar del Plata en invierno, primavera y verano. Me encanta venir a trabajar porque representa un tema de identidad, mis abuelos eligieron la ciudad para vivir sus últimos años. Mis padre también. Para mí tiene que ver con la actividad familiar, de abuelos, padres, hermanos, el teatro. Hay mucha energía puesta.
-¿Y qué significa venir con Otelo cuando se piensa que la gente en temporada quiere ver otra cosa?
(P). Me parece fantástico. Estuvimos en el Tronador, donde hay dos clásicos como Habitación Macbeth y Cyrano, debe ser la temporada con más clásicos. Es linda esta posibilidad, que un clásico esté presente, más tocando el tema de la violencia de género, la violencia del poder, la intriga, la envidia, temas que circulan desde toda la vida, tienen que ver con la condición humana, el humor la ironía.
(Burgos). La verdad que no hay recuerdo de tantos clásicos en una temporada de verano. Recibimos muchas propuestas todo el año. Pero en el verano… Yo creo que desde la perspectiva de la violencia de género, lamentablemente, Otelo está vigente. Pero la obra si bien realza esos valores, hay un personaje que es Emilia, que trata de salir de esa situación ante el agobio de ese marido posesivo que tiene. A mí me da placer hacer esa voz que es la de Emilia, que se revela a pesar de que le cuesta la vida.
-¿Shakespeare es el más contemporáneo de los clásicos?
(P). Creo que sí. Es el más contemporáneo, creo que muchos de los clásicos tienen que ver con la contemporaneidad, por eso son clásicos, funcionan en toda época. Tanto Macbeth, Otelo, Hamlet, como Rey Lear.
(B). Nos damos el lujito de temer el texto shakespeareano. No es que por venir a Mar del Plata tenemos que despegarnos de esas palabras maravillosas, que vos decís ‘bien, me va a dar mucho placer ver la platea porque alguien decidió venir a ver Shakespeare en verano’. Y que el director haya utilizado en gran porcentaje las palabras de Shakespeare, ese es un desafío también.
(P). Para un actor y una actriz es maravilloso acceder a esa narrativa poética porque te saca de lo cotidiano. Uno va al texto, no es el texto que va a uno. Y para eso uno debe tener la posibilidad de ejercer el oficio y de tener un elenco en el que somos distintas generaciones que nos sumamos a esta propuesta.
-¿Y cómo es volver a la voz de Shakespeare?
(P). Es un gran desafío, aunque tiene que ver con las traducciones. Si bien hay como una métrica distinta, esencialmente está el objetivo de Shakespeare que es la denuncia sobre el avasallamiento, la violencia, el patriarcado, el machismo explícito.
(B). La poética de la música tiene algo muy particular. Porque te pone a tono con lo que está pasando. El director ha hecho que por momentos, casi sutilmente, no afecte a la actuación y acompañe, porque es como tensar una cuerda, luego la suelta, te deja respirar. Un hallazgo la orquesta.
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-¿Y cuando los convocaron para hacer Otelo qué pensaron?
(P). Venía de hacer Sex con Muscari. Pasé de los cueros de Sex al texto shakespereano. Para mí fue una gran oportunidad de volver a la Comedia de la Provincia, un lugar donde entré por concurso luego de estudiar en la escuela pública. Es mi casa, porque he crecido, mi primer trabajo fue ese. Y cuando me ofrecieron la oportunidad me pareció como un lindo salto. Cosas que en este oficio uno transita muchas veces. La vida a mí me propone ese tipo de desafíos y no deja de ser algo que el destino lo va eligiendo a uno para cada propuesta. Creo que lo más maravilloso de esta construcción tiene que ver con ese ida y vuelta con los colegas.
(B). En mi caso estaba en un letargo. Si bien hace muchos años que soy actriz, he trabajado en otras producciones de la Comedia, pero cuando me convocaron para Otelo dije ‘a dónde hay que firmar’. Sabemos que Mar del Plata tiene mucho teatro local, es muy bueno, centros culturales y compañeros excelentes. Y a mi edad, pensando en que me retiraba, cuando me llamó Eduardo Albano pensé ‘¿es verdad?’. Y feliz, he tenido la oportunidad de que mis compañeros me bancaran en ese proceso de reemplazar a otra actriz en una obra que ya tenía un recorrido. Los que ya estaban se pusieron a mi servicio y eso no es poco.
-Si bien han visto varias versiones de Otelo, tanto en cine como en teatro, ¿qué es lo que vuelve singular a esta puesta?
(P). La puesta en escena. Los actores están presentes en todo momento en la obra, nadie sale de escena. Los actores están como si fuese una especie de mirada cantoriana, donde se está presente en todo tiempo escuchando qué se dice del personaje y ahí sale. Y circula esa energía. No es que salimos y estamos en camarín, sino que nos quedamos ahí. Eso la hace muy atractiva. El estar para que el otro brille, algo que en este oficio es muy difícil encontrar.
(B). Cuando vi la puesta, porque uno tiene un prejuicio todo el tiempo, lo de todos en escena medio que me asustó. Cuando cualquiera de los actores desarrolla una escena desaparece, no porque desaparece físicamente sino porque es tan potente todo lo que sucede que la puesta hace que todo fluya, esa presencia del resto de los actores, que parecen pasivos. Creo que eso la da una energía aparte.
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